sábado, 30 de noviembre de 2013

Capitulo 8

—Nunca presumí de mis citas —dice Peter—. Por lo general, terminan mal.

Subimos al auto.

—¿Por qué terminan mal?

Capitulo 8

—Eh, encuentro a la chica molesta, insípida o poco profunda y me aburro. Las chicas generalmente van por mí porque soy guapo y tengo un buen auto y moto. Rara vez es por mí.
 
—Es triste —le respondo.
 
Con una gran sonrisa, Peter dice—: Sí, lo sé, pero eso es lo que sucede cuando se tiene una diabólica buena apariencia.
 
—Oh, vaya —me quejo—. ¿A dónde vamos a comer?
 
Saliendo del lugar de estacionamiento, Peter responde.
 
—Un pequeño restaurante italiano. Me muero por su lasaña.
 
—Hago muy buena lasaña —afirmo, mirando a través de mi bolsa.
 
—Bueno, entonces tendrás que hacerla para mí en algún momento — dice. Cuando Peter se da la vuelta y se desplaza, me mira—. Te ves muy linda, sabes.
 
Eso me hace sonreír realmente.
 
—Gracias. Nunca he oído eso antes en mi vida.
 
—Eso es muy triste —suspira Peter.
 
—Me lo dices a mí —murmuro.
 
Estirando la mano Peter enciende a todo volumen la radio y canto junto a ella. Al menos nos gusta la misma música. Lo miro y me río. Me sonríe. Tiene una sonrisa muy bonita. Mirando por la ventana, tomo una respiración profunda. Nunca he tenido tanta diversión. Sólo pido para que no me explote en la cara.
 
Cuando llegamos al restaurante, Peter abre la puerta para mí.
 
—Eres todo un caballero —le digo.
 
—Por supuesto —responde—. Alguien fue muy estricto con mis modales.
 
—¿Tus padres? —pregunto.
 
Parece sin embargo, que ignora mi pregunta. Peter camina hacia la anfitriona y dice: —Mesa para dos, por favor.
 
La anfitriona toma dos menús y dice.
 
—Síganme.
 
Sacudo mi cabeza, porque él solo se aleja con la anfitriona. ¿No me escuchó? Claro que sí, Mariana, no necesita responder todas tus preguntas. Debbie dijo que él no hablaría de su pasado, ¿por qué lo haría contigo? Acabamos de conocernos. Estoy siendo una tonta. Con un suspiro los sigo hasta la mesa.

Nos sentamos y miro mi menú inmediatamente. El silencio es más bien incómodo. De pronto Peter baja su menú.
 
—No necesito mirar el menú. Sé lo que quiero. —Inclinándose hacia delante dice—: Deberías pedir el pollo Alfredo o Pesto Tortellini o el pollo parmesano. Esos son mis favoritos, o, puedes pedir la lasaña, también. ¡Es asombrosa!
 
—¿Y qué si no quiero nada de eso? —pregunto sonriendo.
 
Dramáticamente cruzando sus brazos, se sienta hacia atrás.
 
—Pues bien, no me escuches.
 
Eso me hace reír.
 
—Bien, voy a querer el Pesto Tortellini.
 
—Buena elección —responde.
 
De pronto, una camarera camina hacia nosotros, y mi, oh mi Dios, es hermosa. Mis ojos se posan en Peter y tiene una enorme sonrisa en su rostro. La camarera sonríe en respuesta.
 
—Hola, mi nombre es Vicky. ¿Puedo traerles algo para tomar?
 
—Bueno —Peter dice—: Me gustaría una copa de Merlot, por favor.
 
—¿Puedo ver su identificación? —pregunta.
 
Sacando su billetera, Peter dice—: Definitivamente. —Saca su licencia y se la pasa.
 
Mira la licencia y luego a él.
 
—Bueno, Peter, veo que eres mayor de edad.
 
—Sí —enfatiza—. Vicky. Tengo 21. ¿Luces como de 19?
 
—Oh, no eres dulce. —Vicky ofrece una risilla—. Tengo 23.
 
Ruedo mis ojos, pero por suerte, ninguno lo nota. Por supuesto, podría desaparecer y ninguno de los dos se daría cuenta. Me recuesto y veo el espectáculo.
 
Peter dice.
 
—No te había visto aquí antes.
 
—En realidad acabo de empezar —responde Vicky, poniendo su cabello detrás de su oreja—. ¿Vienes aquí frecuentemente?
 
¡Oh caramba!
 
—En realidad, sí. Tal vez tendré que pedirte como mi camarera desde ahora.
 
—Solo si tu propina es buena —Vicky ríe de nuevo.
 
Inclinándose hacia delante, Peter dice—: Muy buena propina.

Esa escena deja a Vicky fascinada, porque ofrece una gran sonrisa
 
—Suena bien para mí. —Levanto mi ceja y los miro—. Déjame traer tu bebida.
 
¿Ahora? Frunzo el ceño. ¿En serio?
 
—Oh —Peter dice—: Probablemente mi amiga quiera algo.
 
Vicky gira y me mira. Un poco vacilante pregunta.
 
—¿Qué vas a querer?
 
—Un té frío —respondo tranquilamente.
 
—Lo traeré enseguida —dice Vicky, girando para irse. Por supuesto, tiene que mirar a Peter.
 
Él la mira irse y da la vuelta para mirarme. Mi cara debe de parecer graciosa.
 
—¿Qué? —pregunta.
 
—Nada —bufo—. Necesito usar el baño. Volveré enseguida. Puedes ordenar por mí.
 
—Está bien—dice.
 
Sacudo mi cabeza, tratando de ocultar una sonrisa. Es la primera vez que lo veo coqueteando tan directamente. No tengo mucha experiencia en esta área. Tan pronto como hago me dirijo hacia el baño, de repente escucho.
 
—¡Oye!
 
Me giro hacia la voz.
 
—¡Oh, hola! —chillo.
 
—Dos veces en un día y fuera para comer otra vez —dice Pablo, caminando hacia mí—. Es una sorpresa.
 
—Sí —respondo, ya que nunca me has hablado antes.
 
Pablo mira a través de la habitación a Peter.
 
—¿Estás aquí con tu novio?
 
—Él no es mi novio —digo—. No técnicamente.
 
Luciendo de alguna manera sorprendido, Pablo responde—: ¿En serio?
 
¡Oh espera! Se supone que haga esto difícil…. Creo.
 
—Bueno, estamos discutiéndolo.
 
—Ya veo. —Pablo sonríe—. Sabes, nunca hemos realmente hablado.
 
—Yup, lo sé.
 
Baja la mirada.

—Eso probablemente es mi culpa.
 
Es como si una ola de confianza se apoderara de mí.
 
—Sí, en parte es así. Nuestros casilleros han estado uno al lado del otro por 4 años, pero hasta ahora, he tratado de estar fuera de tu camino.
 
—¿Por qué?
 
—No lo sé —digo tranquilamente, mirando hacia otro lado.
 
Cambiado su peso, Pablo inclina su cabeza.
 
—Me gusta tu cabello. Luce genial en ti.
 
—Gracias, así que, ¿con quién estás aquí? —pregunto.
 
—Mi hermana y cuñado —responde, gesticulando detrás de mí—. Justamente iba hacia el baño.
 
Con una sonrisa de nervios, digo—: Yo también.
 
—Bueno, déjame escoltarte hasta allí. —Pablo mueve sus manos hacia adelante.
 
Comienzo a caminar con él a mi lado.
 
—Nunca he estado aquí antes —declaro.
 
—Nosotros venimos aquí cada sábado, es como una noche de hermanos. ¿Tienes hermanos o hermanas?
 
Tratando de no reír, digo.
 
—No.
 
—Crecí deseando algunas veces ser hijo único. Mi hermana y yo nunca nos llevamos hasta que nos hicimos mayores. Mis pobres padres tenían sus manos llenas.
 
—Es muy genial que ustedes puedan hacer cosas así.
 
Pablo asiente.
 
—Sí, es genial. Mi hermana está embarazada, así que seré tío pronto.
 
—Felicidades —exclamo—. ¡Eso es grandioso!
 
—Sí, eso creo.
 
Llegamos al baño, y me giro hacia Pablo.
 
—Bueno, obviamente necesitamos tomar rumbos separados.
 
Con una sonrisa asiente.
 
—Probablemente es una buena idea. De seguro puedo conseguir problemas dentro del baño de chicas.
 
—Solo un poco —río—. Ha sido genial verte.
 
—Igualmente —responde, asintiendo.

Entro en el baño y cierro la puerta detrás de mí. Observo que no haya nadie conmigo, salto. ¡Él habló conmigo! ¡Pablo acaba de hablar conmigo! ¡No puedo creerlo! ¡Es genial! Rápidamente, voy al baño. No puedo evitarlo, pero sonrío mientras lavo mis manos.
 
Cuando abro la puerta del baño, encuentro a Peter recostado contra la pared.
 
—Estarías sorprendida de saber a quién acabo de ver —dice.
 
Silenciándolo digo—: Cállate.
 
—Está de vuelta en su mesa. No te preocupes —dice Peter agachado—. Pablo no puede escucharnos.
 
—¡Estoy empezando a creer que eres maligno!
 
Peter ríe. Pone sus brazos en mi hombro y me empuja fuera del baño.
 
—Así que, ¿palpitó fuerte tu corazón?
 
—Oh, para —chillo—. Estoy sorprendida de que supieras donde estaba. Me imaginé que tenías a Vicky en tu regazo.
 
Poniendo una sonrisa en su rostro, Peter dice—: Conseguiré su número luego.
 
—¿Es tan fácil para ti? —pregunto.
 
Su sonrisa se hace más grande.
 
—Usualmente.
 
—Eres ridículo —declaro—. Quiero decir, ¿cuántas novias has tenido este año?
 
—Bueno —dice Peter, mirando hacia arriba—. ¿Quieres decir con cuántas chicas he tenido citas o cuántas novias he tenido?
 
Ruedo mis ojos.
 
—Ambos.
 
—He tenido dos novias y probablemente he salido con…. No lo sé, ocho chicas además de eso.
 
Sorprendida, exclamo.
 
—¡Peter!
 
Ríe.
 
—¿Qué?
 
—¿Y encuentras esto satisfactorio?
 
Volvemos a la mesa y Peter se desliza en la silla.
 
—Nunca dije eso.

—Entonces, ¿¡por qué sales con tantas chicas!? —indago, curiosa.
 
—¿Por qué no? —responde, casi de forma brusca.
 
Agitando mi tenedor, digo.
 
—Supongo que no hay una razón por la cual no hacerlo.
 
—Yo… —empieza—. Bueno, me gusta tener alguien alrededor.
 
—Entonces, ¿por qué no una novia seria? —pregunto.
 
Peter me mira casi sin comprender.
 
—No he encontrado a nadie para eso.
 
—Bueno, eres un chico genial, entonces no creo que sea muy difícil para ti encontrar a alguien.
 
Me mira y luego sonríe.
 
—Eres dulce.
 
—Solo digo la verdad —respondo.
 
—Serás una grandiosa amiga. ¡Oh! ¡Tenemos que hablar de los principios de la amistad!
 
Me burlo y digo.
 
—¿En serio, principios de la amistad?
 
—Sí —responde, descasando sus manos en la mesa—. Primero, nunca debemos mentirnos.
 
Asintiendo con mi cabeza, respondo.
 
—Eso parece una buena idea.
 
—Segundo, se nos permite molestar al otro si está de buen ánimo, pero como el infierno que no si alguien más se mete contigo.
 
Una sonrisa cruza mi rostro.
 
—Gracias, aprecio eso.
 
—Tercero, debes lidiar con mi constante coqueteo con chicas. Viene con el territorio.
 
—¡Oh vaya! —me quejo—. Está bien.
 
Con un levantamiento de ceja, Peter pregunta.
 
—Bueno, ¿coquetearás conmigo para satisfacer mi necesidad de coqueteo?
 
—Peter, no podría coquetear aunque mi vida dependiera de ello — respondo.
 
Frunciendo el ceño, Peter declara.
 
—Necesitaremos trabajar en eso.

—Entonces, ¿¡por qué sales con tantas chicas!? —indago, curiosa.
 
—¿Por qué no? —responde, casi de forma brusca.
 
Agitando mi tenedor, digo.
 
—Supongo que no hay una razón por la cual no hacerlo.
 
—Yo… —empieza—. Bueno, me gusta tener alguien alrededor.
 
—Entonces, ¿por qué no una novia seria? —pregunto.
 
Peter me mira casi sin comprender.
 
—No he encontrado a nadie para eso.
 
—Bueno, eres un chico genial, entonces no creo que sea muy difícil para ti encontrar a alguien.
 
Me mira y luego sonríe.
 
—Eres dulce.
 
—Solo digo la verdad —respondo.
 
—Serás una grandiosa amiga. ¡Oh! ¡Tenemos que hablar de los principios de la amistad!
 
Me burlo y digo.
 
—¿En serio, principios de la amistad?
 
—Sí —responde, descasando sus manos en la mesa—. Primero, nunca debemos mentirnos.
 
Asintiendo con mi cabeza, respondo.
 
—Eso parece una buena idea.
 
—Segundo, se nos permite molestar al otro si está de buen ánimo, pero como el infierno que no si alguien más se mete contigo.
 
Una sonrisa cruza mi rostro.
 
—Gracias, aprecio eso.
 
—Tercero, debes lidiar con mi constante coqueteo con chicas. Viene con el territorio.
 
—¡Oh vaya! —me quejo—. Está bien.
 
Con un levantamiento de ceja, Peter pregunta.
 
—Bueno, ¿coquetearás conmigo para satisfacer mi necesidad de coqueteo?
 
—Peter, no podría coquetear aunque mi vida dependiera de ello — respondo.
 
Frunciendo el ceño, Peter declara.
 
—Necesitaremos trabajar en eso.

—Oh, está bien —respondo con sarcasmo.
 
—Cuatro, ¡aprenderás a conducir en mi auto!
 
Ahora tenía que argumentar acerca de eso.
 
—¡No! Mataría a alguien o arruinaría tu bello auto.
 
—Te juro que lo harás bien —contesta, obviamente ignorándome—. Cinco, confiaré en ti para ser mi amiga. No he tenido una de verdad en un largo tiempo.
 
—¿Por qué? —pregunto, buscando algún indicio de su pasado.
 
Inmediatamente dice.
 
—Seis, no hablamos de mi pasado. El pasado de alguien es su pasado, y debe dejarse en paz.
 
—Está bien —suspiro lentamente.
 
Observando con sus bellos, pero tristes ojos, dice.
 
—Siete, y la más importante. Quiero que confiemos uno en el otro. No confío en las personas, pero siento que puedo confiar en ti.
 
—Trato. Ocho, confío en ti con mi vida personal. Lo oculto, así que necesitas ocultarlo.
 
Peter extiende su mano.
 
—Trato, esos son nuestros principios.
 
—Suena bien para mí —respondo, sacudiendo su mano.
 
—Entonces, dime de qué estabas hablando con Pablo.
 
Encojo mi hombro.
 
—Uh, mencionó nunca haber hablado conmigo antes. Le dije que era cierto. Mencionó que su hermana está embarazada y que vienen aquí todas las semanas. Fue una conversación realmente corta, Peter.
 
Peter golpetea su barbilla con sus dedos.
 
—Bueno, habló acerca de su familia. Lo que es una buena señal. Pablo está realmente próximo a la información familiar.
 
—¿Puedes no decir su nombre, por favor? —gruño en voz baja.
 
Rodando sus ojos, Peter dice.
 
—Bien. LO QUE SEA, al menos está hablando contigo. Ese es un paso  en la dirección correcta.
 
De repente, Vicky está detrás de nosotros. Miro hacia arriba. Ella le sonríe a Peter.

9 comentarios :

  1. Soy nueva en esta página, la eh comenzado a leer hace una semana y me enamoré de las novelas, algunas me gustaron mas que otras, y esta fue una de mis favoritas junto con la de Lali que era compañera de cuarto de Peter, y otra de que Lali y Peter fueron mejores amigos, hasta que no volvieron a serlo más y luego de varios años ellos se dan cuenta de porque se alejaron y vuelven a ser amigos, y se enamoran y eso, y esta. Las dos que te nombre y esta fueron mis favoritas. ¡Por favor sube o te mataré! Aww♥ amo tu novela plis sube más, espera no puedo matarte, necesito mantenerte viva para que escribas más.

    Tu nueva seguida;)

    ResponderEliminar
  2. Ay yo quiero laliter juntos y enamorados
    Subí más noveeeee me encanta

    ATTE: Valeria : )

    ResponderEliminar
  3. no me gusta está parte en la que la ayuda con Pablo quiero Laliter besos Naara

    ResponderEliminar
  4. Cm se llama esta nove

    ResponderEliminar