viernes, 29 de noviembre de 2013

Capitulo 5

—Está bien —digo en voz baja. Me pregunto lo que sucedió en su pasado que no puede ni hablar de él. Quiero decir, no lo conozco muy bien, pero aun así, me pregunto qué tipo de persona realmente es. Esa es una pregunta tonta, Mariana. Es un gran chico, porque está haciendo todo esto por una chica que no conoce. Peter está haciendo esto por ti.

Capitulo 5

Después de estar allí por un tiempo, Debbie finalmente dice que mi cabello está listo y lo lavamos. Me sienta de nuevo en la silla e inicia el proceso de cortarlo.
 
Cuanto más corta, más mi estómago comienza a girar. De repente, suspira.
 
—Todo terminado. Ahora, te mostraré cómo darle estilo a tu cabello. —Mirando a su lado exclama—: ¡Perfecto! —Agarrando mi mano, dice—: Ven aquí.
 
Caminamos unos puestos abajo. El estilista mira hacia arriba.
 
—Hola Debbie.
 
Debbie sonríe.
 
—Tenemos que enseñarle a darle movimiento a sus rizos.
 
—Oh, está bien —responde el estilista—. Lo que queremos hacer es tomar de esta cosa y poner un poco en la mano. —Toma una botella plateada y aprieta un poco de pegote en la palma de su mano—. Lo frotas, y luego lo pasas por tu cabello de manera uniforme. —Veo que le hace eso a la señora en el asiento—. Después necesitas hacer crujir tus rizos. Esta crema ayuda a evitar que el rizo se esponje.
 
—Ese es uno de mis mayores problemas —afirmo—. Mi cabello es un terrible lío muy rizado.
 
—Eso es para lo que son los productos para peinar —dice Debbie—. Te daré lo que necesites. Vamos, te mostraré cómo alisar tu cabello.
 
Mirándola, le respondo—: No creía que eso fuera posible.
 
—Totalmente posible, vamos.
 
Vuelvo y me siento en la silla. Debbie me muestra inmediatamente el gel y lo pone en mi cabello. Entonces me muestra cómo secarlo para obtener algunos de los rizos. Finalmente, dice—: Ahora, es hora de la plancha.

—¿Cuál plancha?
 
Saca un artilugio de apariencia loca.
 
—Esta es una plancha. Es tu nueva mejor amiga. Lo que haces es tomar sección por sección y alisarla. Aquí, sólo mira. —Sigo cuidadosamente observo lo que hace. No parece demasiado difícil. Cuando lleva la mitad del cabello, aleja la plancha—. Ahora, esto es poco ortodoxo, pero tendrás que probarlo.
 
—Oh —exclamo—. ¿En serio?
 
—Tienes que aprender, ¿no? —replica.
 
Tomando una respiración profunda, suspiro.
 
—Sí.
 
—Levántate y ven aquí —ordena suavemente. Así que, me levanto y camino hasta el mostrador—. Ahora, así es como debes fijarlo. No lo pongas demasiado alto. Entonces, estas son las planchas y están muy calientes, por lo que no te quemes. Peter me mataría. Lo más importante es que querrás mantener en movimiento la plancha. Si lo dejas reposar en un lugar se te quemará el cabello.
 
—Oh diosito —murmuro.
 
Riendo, Debbie dice—: Estarás bien. Entonces, tomas una sección de cabello, pones la plancha en la parte superior y tiras suavemente hacia abajo.
 
Esto es realmente vergonzoso. La gente tiene que estar observándonos. Por lo tanto, tomo un mechón de cabello, y tomo la plancha. Hago lo que dice, y lo paso. Mi cabello sale liso al final.
 
—¡Hey! —grito—. ¡Lo hice!
 
—Eso hiciste. Ahora, sigue adelante.
 
Me toma un tiempo, porque lo estoy haciendo muy despacio, pero finalmente termino. No se ve como la parte de Debbie, pero todavía se ve mil veces mejor que mi cabello normalmente.
 
—Creo que puedo manejar eso —me río, totalmente feliz.
 
—Siéntate y te mostraré cómo voltear los extremos —responde ella, con una gran sonrisa.
 
Entonces, lo hago. Cuando finalmente paramos y mi cabello está listo. Mi pecho se tensa.
 
—Es muy bonito —prácticamente grito.
 
—Tú eres muy bonita —dice Debbie detrás de mí.

—Nunca pensé que tendría este aspecto —le digo, tratando muy duro de evitar las lágrimas.
 
Debbie sonríe.
 
—Sólo necesitaba un poco de ayuda. Ahora, ¿quieres que haga tu maquillaje?
 
—Nunca he usado ningún maquillaje, como en ningún momento —le respondo, muy seria.
 
—Bueno, entonces, tenemos tiempo más que suficiente para enseñarte eso también. Vamos.
 
Si mi corazón se hincha más, podría explotar. Caminamos al área de maquillaje y Debbie me sienta en una silla. Miro el espejo.
 
—Eso es demasiado abrumador.
 
—No vamos a volvernos todas locas en ti. Con tu color, debemos mantenerlo simple y natural. Entonces, nunca te has aplicado maquillaje, ¿nunca has utilizado ningún color?
 
Mis ojos se abren.
 
—No, pero soy artista, por lo que no puedo creer que sea muy diferente.
 
—No, eso es genial —dice Debbie—. Repasemos los fundamentos que necesitas. Tienes una buena piel y un buen tono de piel uniforme, por lo que realmente no necesitas nada fuerte. Si quieres usar algo, puedes utilizar polvo. Es lo que pones primero. —Saca un color y lo extiende suavemente en mi cara—. Después, ponemos la sombra de ojos. Desearás utilizar estos colores por el marron de tus ojos.
 
Gimiendo, digo—: Odio el color de mis ojos. Es tan aburrido.
 
—No cuando utilizas el maquillaje adecuado. Sólo ten cuidado. — Pone los colores y me da instrucciones de cómo hacerlo. Luego me pone delineador y rímel. Cuando terminamos, Debbie sonríe ampliamente—. ¿Quieres verte?
 
—Estoy nerviosa —le respondo.
 
—No, te ves hermosa —afirma—. Ven aquí. —Agarrando mi mano, tira de mí hacia el espejo.
 
Cuando me miro en él mi corazón se detiene.
 
—Esa ni siquiera se parece a mí —jadeo.
 
—Sí, lo hace —dice suavemente—. Es la adulta de ti.
 
De hecho, me veo... bien... bonita. Tal vez, no bonita como Debbie, pero para mí, me veo bonita. Mi cabello enmarca mi cara ahora. Los extremos van hacia fuera en la parte inferior. Los reflejos hacen que me vea genial. Finalmente me veo como una chica real.
 
—Oh —exclama Debbie—. Nos olvidamos de tus labios.
 
—No creo que me vea bien con alguna cosa en ellos —replico.
 
Agitando la mano, Debbie dice—: Esa es una tontería. Tienes la boca perfecta para el lápiz labial y esas cosas. Aquí nos limitaremos a poner un poco de brillo en ti para comenzar. —Lo saca y lo aplica suavemente.
 
De repente, la recepcionista viene caminando detrás de nosotros.
 
—Ese chico guapo está de regreso por la clienta.
 
—Ya terminamos de todos modos —replica Debbie.
 
Dándome la vuelta, miro a la recepcionista. Ella hace una doble comprobación.
 
—¡Wow, te ves muy bien! —exclama. De repente, dice—: No es que no lo hicieras antes.
 
—No —la interrumpo—. Hay una gran diferencia, no te preocupes.
 
Debbie sólo sonríe.
 
—Vamos por tus cosas y te llevares con Peter.
 
Ahora, estoy nerviosa. Mientras caminamos hasta la parte delantera del salón, mi estómago se aprieta y siento que voy a vomitar. Cuando giramos la esquina, Peter está de espaldas a nosotras.
 
—Terminamos —afirma Debbie.
 
Peter se da la vuelta y se tambalea un poco.
 
—¡Wow, Mariana, te ves fantástica!
 
Me pregunto si puede verme sonrojar a través del maquillaje.
 
—Gracias —le susurro.
 
Sonríe y dice—: ¿Te gusta?
 
—Me encanta —digo—. Ni siquiera puedo creer que sea la misma persona.
 
—Definitivamente eres la misma persona —responde—. Ahora, sal a la calle, para que pueda hacerme cargo de esto.
 
Dando un paso adelante, declaro—: Puedo conseguir el dinero de mi madre. No puedo creer que esto no vaya a ser caro.
 
—Te lo dije —responde él—. Yo pagaré por ello. Confía en mí, está bien. Ve afuera y espérame.
 
—Espera —me dirijo a Debbie—. Muchas gracias. No tienes ni idea de lo que esto significa para mí.

Se acerca y me abraza.
 
—Tienes que venir a verme de nuevo, ¿está bien?
 
—Definitivamente —le respondo. Miro a Peter—. ¿Estás seguro de que debería ir afuera?
 
—Sí —dice—. Ve, ve, ve.
 
Poniendo los ojos en blanco, me dirijo a la puerta. Cuando camino fuera, no veo su motocicleta en ningún lugar. Me pregunto dónde la estacionó. Bueno, espero cerca de la puerta. Un poco después, Peter viene saliendo del salón. Lleva una bolsa.
 
—Aquí —dice—. Esto es tuyo. Debbie dice que todo lo que necesitas está aquí.
 
Tomo la bolsa y miro dentro. Todo el producto para el cabello que me mostró y el maquillaje que use está en la bolsa.
 
—Peter —grito ahogada—. ¡Esto tuvo que haberte costado una fortuna!
 
—Eh —responde encogiéndose de hombros—. Todos estamos bien.
 
—Tengo que darte algo por esto —demando.
 
Sacude la cabeza y articula—: No me darás nada por esto. Tenemos que ir a buscar una plancha ahora. Realmente espero que sepas que en el mundo es eso.
 
—Sí —le respondo—. Permíteme detenerme y tratar de conseguir dinero de mi madre.
 
Dándome una mirada, Peter suspira.
 
—Eso realmente no es necesario.
 
—Eres mecánico de motocicletas de medio tiempo, es necesario —le respondo—. Tienes cosas como alquiler y facturas que pagar.
 
—Umm —responde, mirando al suelo—. Esas cosas son verdaderas, pero.... no importa. Si sientes la necesidad, podemos volver a tu casa.
 
En contra de mi mejor juicio, salto hacia él y le doy un abrazo.
 
—Gracias, gracias, no tienes idea de lo que esto significa para mí.
 
Ríe, me recoge del suelo y me devuelve el abrazo.
 
—Estoy feliz de poder hacerlo. Vamos. Me estoy muriendo de hambre.
 
—¿Dónde está tu motocicleta? —le pregunto.
 
—Realmente no haría que te pusiera un casco en tu nueva cabeza. Por lo tanto, traje mi auto.
 
—Pensé que estaba en el taller.

Sonriendo, Peter responde—: Estaban resolviendo algunos pequeños problemas. Todo está bien ahora. Está al final de la cuadra. Vamos.
 
Caminamos y prácticamente tengo salto en mi paso. De repente, nos acercamos a un auto más viejo. Lo miro.
 
—Este es uno de esos... ¿Cómo es que lo llamas, autos potentes?
 
—Es mi bebé. Es un GTO 1967. No tienes idea de lo que eso significa ¿eh?
 
—No tengo idea —me río.
 
Sólo sonríe.
 
—Confía en mí. Esta cosa es genial. Es deseado por muchos hombres y sólo es propiedad de unos pocos.
 
—Bueno, es bonito —le digo.
 
Dándome una sonrisa, responde—: No es bonito, es precioso, igual que tú.
 
—Awww, eso es tan dulce. 
 
—Vamos, entremos. —Peter abre la puerta para mí. Lanzo la mochila y bolso en el asiento y me subo. Es muy hermoso. Incluso puedo apreciar eso.
 
Cuando Peter enciende el auto, puedo sentir el ruido del motor. Me río.
 
—Se puede sentir el poder detrás de esta cosa.
 
—Oh, sólo espera. No tienes ni idea. —Con eso, salimos a la calle.
 
Una gran cantidad de cabezas de chicos se giran mientras conducimos al centro.
 
—Entonces —le digo—, ¿este es bastante popular?
 
—Cuando están en esta buena condición, sí, son muy deseados. Podría poner este en un espectáculo si quiero.
 
—¿Por qué no lo haces? —le pregunto.
 
Apartando la mirada durante unos segundos, Peter susurra—: Simplemente no.
 
Sólo lo miro con cuidado. Por un momento, se ve perdido en su propio pequeño mundo. Cuando nos detenemos en mi casa, veo que mi madre todavía está allí.
 
—Espera aquí —insisto firmemente.
 
—Quiero conocer a tu mamá —dice Peter, saliendo del auto.

—¡Peter! ¡No! ¡Por favor, no lo entiendes!
 
Viene caminando hacia mí y pone sus manos en mis brazos.
 
—Está bien, Mariana. Nada me asustará y me hará alejarme. Creo que necesitas a alguien que realmente vea como es tu vida.
 
Mi cuerpo está luchando muy duro para no llorar.
 
—Por favor, Peter —susurro—. No sé cuán mal este ella hoy. No entiendes.
 
De repente, oigo—: ¿Mariana?
 
Mi corazón se cae a mi estómago, veo a mi madre de pie en el porche.
 
—Oh no.

2 comentarios :