jueves, 21 de noviembre de 2013

Capitulo 37

6 semanas hasta el cumpleaños de Lali

Sentí algo de cosquillas en mi mejilla, mi piel temblando. Cuando algo rozó de nuevo, poco a poco dejé que mis ojos se abrieran.
 
Lali estaba apoyada en un codo, mirándome, nuestras narices sólo cerca de veinte centímetros de distancia. Era su pelo que había estado rozando mi cara.

Buenos días.
 
—Hola —suspiró. La sonrisa Peter se extendió en sus labios. No me había sentido tan bien como lo hice entonces en más de una semana cuando no pude evitar sonreír también.
 
—Entonces —dijo ella, su voz repentinamente incierta—, ¿estamos… bien?
 
Para responderle, puse mi mano en su nuca y levanté la cabeza de mi almohada. Muy suavemente, dejé que mis labios se encontraran con los suyos, apenas tocándose al principio. Débilmente detecté coco.
 
Te amo. Siempre.
 
Lali retrocedió un poco, sus ojos se encontraron con los míos. Tenían su resplandor de vuelta. —Probablemente es mejor que me vaya antes de que tus padres despierten. ¿Vuelvo para el almuerzo?
 
Mi estómago se hundió al instante cuando dijo que se iba. Pero tenía razón. No podíamos ser atrapados otra vez.
 
¿Qué hay de tu padre? Escribí en el cuaderno de la mesita de noche.
 
El brillo en los ojos de Lali murió al instante. —Es muy temprano. Dudo que alguien me vea y no creo que él sepa donde estoy todavía. Hablaremos de ello más tarde, ¿de acuerdo?

De mala gana, asentí.
 
—Adiós —dijo, la sonrisa Peter reapareció mientras se movía hacia delante por un beso-de-despedida prolongado. Saludé con la mano mientras trepaba por mi ventana.
 
La puerta de mi habitación se abrió al instante que la ventana se cerró, y entró Euge. Tenía la esperanza de que no luciera tan culpable como me sentía.
 
Euge me dio esa mirada, como si supiera que algo estaba pasando.
 
—¿Por qué huele a Mariana aquí adentro?
 
Atrapado.
 
Mintiendo, sólo le di un encogimiento de hombros. ¿Qué es lo que quieres? Escribí.
 
—Mamá está casi terminando el desayuno —dijo, todavía mirándome con recelo.
 
Sin esperar a que descubra las cosas, salté de la cama y caminé junto a ella a la cocina.
 
Tenía la sensación de que las cosas estaban a punto de ser muy complicadas.

6 semanas para el cumpleaños de Lali

Lali decidió que no había manera de que ella pudiera ir a la escuela hasta que averiguáramos cómo deshacernos de Carlos. Y no estábamos seguros de cómo hacerlo todavía. Ella tampoco podía ir a la ciudad sin que alguien la reconociera. No iba a tomar mucho tiempo antes de que todo el mundo en la isla supiera que Lali estaba viviendo sola.
 
Todos pensarían que estaban siendo útiles, rastreando a Lali para que pudiera reunirse con su único padre vivo. Pero a veces las cosas no son como un libro de cuentos feliz como parecen serlo.
 
Esto también significaba que Lali ya no podía venir a mi casa. No pasaría mucho tiempo antes de que mis padres averiguaran todo también. Me iba a convertir en un tonto mentiroso.
 
Una de las cosas más frustrantes de todo era lo cerca que estábamos del cumpleaños de Lali. Quedaban menos de seis semanas, sólo cuarenta y un días.
 
Sorprendentemente, nada pasó hasta el lunes, cuando la escuela regreso del fin de semana. Estaba temiendo ir a la escuela sin Lali, pero temía aún más que se la llevaran.
 
—¿Y…? —nos dijo Gaston mientras yo y Nico caminábamos a nuestros casilleros esa mañana—. ¿Ya arreglaron las cosas tú y Mariana?
 
Mierda. Todavía no había pensado sobre esa parte. Todo el mundo en la escuela creía que seguíamos sin ser novios.
 
Lo que proporcionaba una oportunidad perfecta.
 
No, escribí en un cuaderno. No he hablado con ella desde la semana pasada.
 
Mentira número uno.

—Te he dicho antes que eres un idiota —dijo Nico, sacudiendo la cabeza.
 
Si, escribí con impaciencia.
 
—Solo decía —dijo mientras la campana sonaba y los tres nos dirigíamos hacia diferentes clases.
 
Parece que no podía impedir que mi pierna izquierda saltara hacia arriba y hacia abajo como si hubiera tomado demasiado café durante mis clases. El Señor Roy miró en mi dirección cuando llamó a Lali y ella no respondió. Pero no fue más que un vistazo. Afortunadamente nosotros no teníamos mucha asistencia en ASL, y la señora Morrison no hizo mucho caso de que Lali no estuviera allí para nuestra próxima clase.
 
Fue un poco más difícil obtener las tareas de Lali sin lucir sospechosos. Especialmente para aquellas clases que no tenía con ella. No ayudaba a mi historia de que ya no estábamos juntos. Terminé pidiendo ayuda a otros estudiantes que estaban en clases de Lali para conseguir que hicieran el trabajo por mí.
 
Estaba a punto de tener un ataque de nervios al final del día. ¿Cómo vamos lograr hacer esto hasta el cumpleaños 18 de Lali? Cuarenta y un días se sentían repentinamente una eternidad.
 
Yo llamé a la puerta de la casa rodante cinco veces para informar a Lali que era yo. Ella todavía parecía nerviosa cuando abrió la puerta.
 
—¿Y, cómo te fue hoy? —preguntó ella, sus ojos exploraban los árboles detrás de mí. Se veía totalmente fuera de sí—. ¿Algún problema?
 
Ninguno, escribí en nuestro cuaderno. Nadie parecía darse cuenta de que te habías ido. Aunque conseguí todos tus deberes.
 
—¡Gracias! —dijo alegremente, envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello y abrazándome—. He estado tan estresada por todo esto.
 
Todavía piensan que rompimos, escribí cuando me soltó. Debe facilitar una coartada sobre ti. Podría decir que tuvimos una pelea la semana pasada y no sé dónde estás.
 
—Perfecto —dijo con una sonrisa forzada. Ella realmente estaba aterrada.
 
Nos sentamos e hicimos la tarea durante aproximadamente una hora, nos besamos por otra media hora, y luego tuve que volver a casa. Estar allí por mucho tiempo era peligroso teniendo en cuenta que para todos habíamos terminado. Correr el riesgo de ser visto después de la escuela se vería sospechoso.
 
Nada pareció demasiado diferente al día siguiente en la escuela tampoco. La mayoría de los profesores parecieron sorprendidos de que Lali no estuviera en la escuela, era un comportamiento extraño en ella, pero sólo pareció preocupación normal, no sospecha. Otra vez conseguí la tarea de Lali y se la llevé.
 
Pero el miércoles escuché murmullos en el pasillo.
 
Dicen que su madre murió durante el verano.
 
Ella ha estado viviendo sola todo el año.
 
He oído que está sin hogar.
 
No es de extrañar que luzca andrajosa. Mierda, me siento mal por haber dicho algo sobre ella.
 
¿Por qué ha estado escondiendo todo esto?
 
Ahora la escuela estaba hablando.
 
Deteniéndome en mi casillero, metí unos libros en él y saqué otros. Me estremecí cuando vi Nico y a Gaston acercándose a mí.
 
Aquí vienen más mentiras. 
 
—Amigo —dijo Nico, con los ojos muy abiertos—, ¿en serio Mariana no tiene casa? ¿Su madre murió?
 
No dije nada, sólo pretendí estar buscando algo en mi casillero.
 
—¿Lo sabías? —dijo Gaston, su voz sonaba acusadora—. ¿Por qué no dijiste nada?
 
No empieces.
 
—Todo el mundo la está buscando, Peter —dijo Nico en voz baja—. Su padre está en la isla. Dicen que tiene que llevársela con él. Los policías han estado en la escuela preguntando a todos los maestros en la mañana. Van a venir a buscarte a ti.
 
Oh mierda.
 
—¿Dónde está? —preguntó Gaston.
 
Sentí que mi corazón iba a salir de mi pecho y mis palmas comenzaron a sudar.

Tuvimos otra pelea el jueves, escribí. Mentiras. No la he visto desde entonces. ¿Rompimos, recuerdan?
 
—¿Piensas que ella se fue después que pelearon? —preguntó Gaston mientras empezamos a caminar por el pasillo.
 
Yo sólo me encogí de hombros. Esperemos que mi expresión no fuera demasiado asustada.
 
Vi que la gente me miraba cuando yo me dirigí a cálculo. Los susurros se extendieron casi como una ola mientras pasaba caminando. Todo el mundo sabría acerca de esto antes de que la campana sonara para el primer período.
 
De alguna manera logré pasar la primera clase del día. No tenía ni idea de lo que debíamos estar aprendiendo, pero de alguna manera he sobrevivido la hora sin enloquecer. Pero mientras caminaba para el segundo período, todo el mundo me estaba mirando tanto como lo hicieron mi primer día en la escuela después del accidente.
 
Debería haber sabido que el director Dalmau los enviaría conmigo durante ASL, la clase en que se suponía que sólo estamos Lali y yo. Aflojé el paso al final del edificio y vi a dos policías y al director Dalmau de pie dentro de la habitación.
 
Por un breve momento consideré salir corriendo. Pero, ¿no se vería eso sospechoso?
 
Con la esperanza de que ninguno de ellos escuchara mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho, puse una cara en blanco y entré en el aula.
 
—Peter —asintió hacia mí el director, su rostro era serio. Me preguntaba si la situación de Lali podría ponerlo en algún tipo de problemas. Los maestros deben tener problemas por no darse cuenta de cosas como esta—. Los agentes Blizen y Bennett deben hacerte algunas preguntas sobre Mariana Esposito.
 
Manteniendo mi rostro tan blanco como pude, asentí.
 
Los dos oficiales me indicaron que me sentase en uno de los escritorios. Viendo que no tenían ninguna intención de sentarse ellos, elegí quedarme de pie. Recargándome contra uno de los escritorios, con mi mochila todavía puesta y mis brazos cruzados sobre el pecho.
 
Los vi a los dos dirigir sus ojos a mis cicatrices, sus rostros lucían inseguros. Rodando mis ojos, coloqué mi mochila al frente y saqué un cuaderno y una pluma.

—Entendemos que estás... en una relación con la señorita Esposito. —El oficial Bennett comenzó. Era difícil tomarlo en serio cuando la mayor parte de la isla lo vio con los exenticos en el desfile del día del solsticio disfrazado como un payaso de tres metros de altura.
 
Estaba, escribí.
 
—¿Perdón? —dijo, su cara luciendo todavía tan insegura como si yo pudiera derretirme si me hablaba demasiado severo.
 
Estábamos… en una relación. Rompimos la semana pasada. Pregúntele a cualquier persona en la escuela.
 
—Oh —tartamudeó. Pasó algunos papeles, luciendo totalmente perdidos. Él se mantuvo mirando mi garganta. Era increíble cómo algunas personas simplemente no saben cómo manejar la comunicación con personas discapacitadas.
 
—¿Puedo preguntar cuál fue la razón por la qué rompieron? —habló el oficial Blizen, salvando a Bennett—. Podría ser útil en la búsqueda de Mariana.
 
Dudé, debatiéndome si mentir. Pero parecía más simple decir la verdad.
 
Ella dijo algo acerca de mí sobre no poder hablar, confesé. Enloquecí e hice algo estúpido con otra chica.
 
Haciéndoles pensar que era peor de lo que fue debería ayudar a mi caso.
 
—Y me imagino que la señorita Esposito se molestó por esta situación. — Algo acerca de las preguntas del oficial Blizen parecían muy rutinarias. Yo sentía que no era de la isla. Una chica sin hogar que falta no fue algo que sucedía exactamente muy a menudo en la isla. Parecía como si debiera estar un poco más preocupado como el oficial Bennett.
 
Sí, escribí. Ella estaba disgustada. Tuvimos una gran pelea el jueves.
 
—¿Y no la has visto desde el jueves? —preguntó, garabateando algo en un bloc de notas.
 
En la escuela el viernes, pero fue la última vez, mentí. ¿Cuántas más debía decir?
 
—Pedro, ¿eras consciente de que Mariana estaba viviendo sola, incluso aunque ella es menor de edad? —Volvió sus ojos verdes a mí, su expresión casi me retaba a inventar algo que no era la verdad.

Dudé durante un segundo. Honestamente yo no estaba seguro qué decir. Ir en cualquier dirección podría meterme en un montón de problemas, más de los que ya tenía.
 
¿No debería de estar hablando con cualquiera de ustedes con mis padres aquí?
 
Ahora era mi turno para darles una mirada dura.
 
—Han sido llamados, Peter —dijo el director Dalmau, su expresión era incómoda. Yo sabía cómo iba a reaccionar mi mamá cuando se enterara de que el director Dalmau había dejado que la policía me hiciera preguntas antes de que llegaran aquí—. Tus padres deben llegar en cualquier segundo.
 
Dejé mi libreta en el escritorio, cruzando los brazos sobre mi pecho y observé al oficial Blizen. Esperaba que él entendiera el mensaje de que no hablaría en un rato.
 
Pero mientras lo mirada, fui presa del pánico en el interior. Era una cosa mentir a estos oficiales, algo muy malo; otra era mentir a mis padres sobre la chica que había pasado horas y muchas noches bajo su techo, como prácticamente una parte de nuestra familia.
 
Parece que se tomó una eternidad, pero finalmente mi mamá y mi papá entraron por la puerta de mi salón de clases.
 
—¿Ya están ellos aquí? —preguntó mi mamá apenas casi gritando cuando vio a los oficiales en el salón—. ¡Tony, él es sólo un niño!
 
—Lo siento, Clau —dijo, luciendo avergonzado—. Querían moverse rápidamente en este caso. Me preocupa sólo por Mariana.
 
Sí, su mejor alumna en cinco años...
 
—¿En verdad está desaparecida Mariana? —Papá preguntó, doblando sus brazos sobre su pecho exactamente igual que como yo los tenía.
 
—¿Todos somos consientes en cuanto a la situación de la vida de la señorita Esposito? —preguntó el oficial Blizen en lugar de responder a la pregunta de mi padre.
 
—¿Qué quieres decir? —preguntó mi mamá, frunciendo su frente.
 
Mierda. Aquí vamos.
 
—Vive con su madre al final del camino Enchanted Forest — respondió papá, su expresión no tan segura como me hubiera gustado que fuera.

—Señor y señora Lanzani —dijo el oficial Blizen, tratando de sonar pacientemente—. La madre de la señorita Esposito falleció durante el verano. Mariana ha estado viviendo sola en algún lugar de la isla desde agosto.
 
El salón se quedó muy callado durante un segundo. Me negué a retirar mis ojos de la cara del oficial, sin atreverme a mirar y ver cómo mis padres lograban reaccionar.
 
—Yo... no entiendo —dijo papá, cambiando su postura—. Mariana... ¿Mariana vivido sola durante los últimos siete meses? ¿Cómo... cómo es eso posible? ¿Las personas como ustedes no intervienen cuando suceden cosas como esta?
 
Finalmente miré a mamá. Ella tenía sus ojos hacia el piso, un millón pensamientos recorrían su cabeza como sus labios hacían pequeños movimientos. Estaba tratando de juntar todo. Las pistas estaban todas allí si supieras donde ver.
 
El oficial Blizen finalmente pareció incómodo por primera vez.
 
—Hubo una falta de comunicación con los servicios sociales en cuanto a quien debía tomar la custodia de Mariana. La custodia fue otorgada a sus abuelos, pero casi el mismo día que se les concedió el abuelo tuvo un infarto y pronto se trasladó a un centro de cuidados. La custodia fue cambiada luego al padre de Mariana, pero al parecer nunca se enteró de que había habido un cambio. Mariana... cayó a través de las grietas. No fue hasta que alguien en la isla nos dijo que pensaban que algo estaba pasando que vimos el caso. Nadie en la isla sabía que había muerto la madre de Mariana.
 
Miré a mamá otra vez. Ella tenía su puño contra sus labios, algunas lágrimas caían por su rostro.
 
La parte de atrás de mi garganta se comenzó a cerrar de una manera que no tenía nada que ver con mi mudez. Mis ojos cayeron de mamá y se pegaron al suelo.
 
—Peter —papá dijo con firmeza en su voz—, ¿sabías acerca de todo esto?
 
Debatí conmigo mismo por un segundo. Pero no había ninguna manera que él me creyera si decía que no. Con tantas horas como supuestamente pasé en casa de Lali...
 
Asentí con la cabeza.

—Peter —dijo mamá en un horrorizado suspiro—. ¿Cómo es que no pudiste decirnos sobre esto? Nosotros podríamos haber ayudado. Esa pobre chica. ¡Debe haber estado aterrorizada!
 
—Entonces, ¿Mariana está desaparecida? —dijo papá. Me sorprendió escuchar que él estaba reteniendo la emoción en su voz.
 
—Oh Dios mío —medio gritó y gimió mamá mientras volvió a presionar el puño contra sus labios y nos daba la espalda.
 
—El padre de Mariana ha vuelto a la isla para llevarla consigo a Auburn —el oficial Bennett finalmente habló otra vez—. No ha sido capaz de localizarla todavía. Aparentemente su antigua casa fue vendida antes de que la madre muriera, y nadie parece saber su residencia actual.
 
Mamá dio otro ahogado y apagado sollozo.
 
Sentí algo rompiéndose en mi pecho.
 
Sabía que mamá se sentía culpable por no haberlo sabido. Pero Lali y yo nos habíamos asegurado de mantenerlo así. Que mamá se sintiera así ahora era mi culpa.
 
—Todo el mundo dice que Pedro y Mariana han estado juntos desde hace unos meses y que él iba a ser el único que supiera donde está actualmente—. El oficial Blizen volvió esos ojos fríos en mí otra vez.
 
Los ojos de papá y mamá se volvieron al mismo tiempo. Sentí todo en mi interior volverse frío.
 
Tratando de impedir que mis manos temblaran, cogí mi libreta y lápiz otra vez.
 
Lali se mudaba continuamente, escribí. Ella trabajaba en para alojarse como pago en lugares.
 
Mentira. Mentira. Mentira.
 
Tan pronto como escribí las palabras sabía que había cometido un error. Sería demasiado fácil para ellos preguntar alrededor y averiguar que lo había inventado. Esta era una isla demasiado pequeña como para no averiguarlo.
 
—¿Sabes dónde está ahora? —preguntó el oficial Bennett, girando su pluma en la mano.
 
Hemos roto por un tiempo ahora, como he dicho. No la he visto desde el viernes por la mañana.

Nadie dijo nada por lo que sentí fue una eternidad, así que los oficiales me clavaron la mirada.
 
—Pedro —el oficial finalmente volvió a hablar—. Tengo curiosidad en cuanto a por qué pareces tan despreocupado de que tu...... ex novia haya desaparecido. Mientras que ustedes pueden haber roto, creo que aún deberías preocuparte por ella.
 
Los ojos de papá y mamá saltaron a mi cara como diciendo, “sí, ¿por qué no estás más preocupado?
 
Tratando de hacer una cara valiente, escribí. Confía en mí, yo estoy aterrado.
 
Mierda. Mierda. Mierda.
 
—Uh huh —dijo, garabateando algo en otro de esos cuadernos amarillos—. Al padre de Mariana le gustaría hablar contigo en algún momento. ¿Estarías dispuesto a ir la estación esta tarde y reunirte con él?
 
¿Tengo una elección?, pensé.
 
Pero miré a mamá y a papá, sabiendo que realmente les concernía a ellos.
 
—Vendremos justo después de la escuela —dijo mamá, tratando de recobrar la compostura—. No existen motivos para que Peter falte más a la escuela.
 
—Muy bien —dijo el oficial—. Aquí está mi tarjeta. Te esperamos a las cuatro.
 
Sin otra palabra más, los dos se fueron.
 
—En serio, Tony. —Mamá lanzó una mirada penetrante al director Dalmau—. ¿Cómo pudiste permitir que lo interrogaran sin nosotros aquí?
 
Dos de ellos comenzaron a deambular hacia su oficina, mamá quejándose todo el camino.
 
—¿Quieres hablar de esto? —preguntó papá, metiendo sus manos en los bolsillos.
 
Sólo sacudí mi cabeza, con mis ojos pegados al suelo.
 
—Está bien —dijo papá, asintiendo—. Ten un buen día en la escuela entonces.
 
Simplemente asentí otra vez y papá se fue a ponerse al día con mamá, dejándome solo en el aula vacía.

¡Mierda! Lali, estoy enloqueciendo aquí. ¡Los policías llegaron a la escuela a interrogarme! Quieren que vaya a la comisaría para reunirme con tu padre más tarde hoy. No sé qué hacer a Lali. No sé si alguna vez he tenido tanto miedo. No quiero arruinarlo todo, pero me temo que voy a decir algo mal y van a averiguar de donde estás.
 
Creo que simplemente me volvería loco si te llevan lejos. Creo que has sido tú quien ha mantenido mi cabeza cuerda en este loco año. No me dejaste revolcarme en mi autocompasión. Te necesitaba este año. Hay un montón de lugares oscuros para alguien como yo, y me temo que podría caer en ellos si te vas.
 
No puedo dejarlos que te lleven.
 
Me senté allí mirando la página que acababa de llenar en nuestro cuaderno rojo. Las letras salían tan rápido que ni siquiera pensé una sola palabra de las que había escrito.
 
Arranque la página y la metí en mi bolsillo.
 
Estas fueron las palabras aterrorizadas. Estas fueron palabras de alguien a punto de perder la cabeza.
 
Tenía que recobrar la compostura ahora mismo. Y no podía dejar que Lali leyera lo aterrado que estaba ente la posibilidad muy real de ella fuera llevada lejos de mí.
 
La escuela entera no pudo dejar de hablar de Lali el resto del día. Y no parecían querer dejarme en paz. Con excepción de Paula, extrañamente. Yo seguí encontrando sus ojos sobre mí todo el día, mirándome, como si ella estuviera esperando que yo me derrumbara.
 
Ejercitándome en el entrenamiento de pesas. Todos los chicos me miraban como toda la isla lo haría al final del día. Sólo de me senté en el banco y miré dejé la mirada en blanco hacia el techo.
 
Con un nudo muerto en mi estómago, sabía cómo iba a terminar todo esto. Y no creía poder detenerlo.

6 comentarios :

  1. Ay porfíss que no se lleven a lali que se le ocurra algo a peter y no diga donde esta escondida
    Ya falta poco para su cumple subí más noveeee me encanta

    ATTE: Valeria : )

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  2. hay no
    ojala que no se la lleven
    que puedan hacer algo para que se quede en la isla
    pobre peter y lali
    besos

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  3. No quiero que se separen!!
    que no se la lleven porfis!!
    He comenzado a leer de nuevo todas las noves, ya a cabe el chico que se escabulle en la ventana de mi habitación, ahora voy por existence! =D

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  4. Con lo poquito k le queda para los 18 a LAli.
    Muchísimo miedo tiene Peter a meter la pata y k terminen separándolo d la persona k ama.

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  5. se complic todo ya quiero saber! Besos Naara

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