viernes, 8 de noviembre de 2013

Capitulo 27

15 semanas hasta el cumpleaños de Lali

Me sentía como si estuviera en una de esas películas adolescentes románticas y cursis, tal vez en una de los años noventa, después de aquella noche en la playa. Después de todas las dificultades y el juicio, el niño y la niña finalmente se juntan. Se mueven más allá de las cosas que están luchando en contra de ellos, y el amor lo conquista todo. Felices parasiempre.

Después de mi accidente no esperaba que hubiera un felices para siempre para mí. Había resuelto conmigo mismo que la vida estaba a punto de joderme. Pero ahí estaba yo todos los días, caminando por los pasillos de la mano con la chica más hermosa, más inteligente en la escuela. Me pasé mis tardes envuelto en mantas con Mariana Esposito, en mi cama, en mi habitación, o en la suya en la casa rodante. Me pasé los fines de semana de invierno caminando por la ciudad como un turista con ella a mi lado.
 
Lo único que le faltaba a mi felices para siempre fue la parte del “Te amo”. Era una mierda que ella no lo diría, y que no iba a dejarme decirlo, pero sabía que podía esperar. Tal vez para siempre si tenía que hacerlo.
 
El lunes antes de Navidad, me desplomé sobre la cama después de cenar. Kali y yo habíamos estado hablando por señas la mayor parte de la noche, gran parte de la familia se dio cuenta también desde que ahora Kali estaba viviendo con nosotros a tiempo completo. Moví de un tirón la lámpara al lado de mi cama, saqué el cuaderno rojo de mi mochila.
 
Lo había dejado con Lali después de ASL, con la esperanza de que ella escribiera otra carta. Había unas pocas piezas de papel pegadas a la encuadernación en espiral, como si hubiera arrancado una página, pero no me decepcionó.

Mi madre comenzó a viajar mucho cuando yo tenía diez años. Habíamos sido muy pobres durante mucho tiempo, después que Mike se fue. Ella había ido a la escuela a tiempo parcial y al trabajo a tiempo completo. Finalmente, cuando terminó la escuela, consiguió este nuevo trabajo. Tuvo que viajar por unos días cada dos semanas y así yo me quedaría con mis abuelos cuando ella se fuera.
 
Lo odiaba. Los padres de mi mamá son más del tipo no-abuelos de toda la gente que he conocido. A la abuela sólo le importaba impresionar y superar a su fantasía de "amigos." El abuelo estaba absorto en su mundo de comercio de acciones, o la mierda que hacía.
 
Mamá sabía que no me gustaba quedarme con ellos cuando se iba. Traté de no ponérselo más difícil, pero lo sabía. Supongo que eso es parte de ser una mamá. Una vez volvió y me dio un regalo. Fue este paquete de seis brillos de labios, con sabor, para una niña totalmente poco. Cuando tenía diez años parecía tan genial que ellos fueron todo el camino desde Nueva York, a pesar de que podrías haberlos conseguido en cualquier parte.
 
Usaría ese brillo de labios todo el tiempo cuando ella se iba. A pesar de que eran todos diferentes, cada uno me recuerda a ella. Después de eso, cada vez que se iba, siempre me traería de vuelta un nuevo tipo de brillo o bálsamo labial. Una vez, cuando tenía que viajar a París para trabajar, me compró esta elegante bolsa de maquillaje para que los guarde a todos ahí. Con los años he llenado la bolsa entera. Es una bolsa bastante grande.
 
Parece una tontería, ¿no es así? Ese bálsamo labial me hace sentir como si mamá está aquí de nuevo. A veces, cuando me lo pongo, ciertos olores me hacen pensar en cómo era cuando estaba haciendo el desayuno, o bebiendo su café en la terraza de atrás.
 
En cierto modo me asusta, sin embargo, sigo usándolos todos los días. ¿Qué pasa cuando me quede sin ellos? ¿Olvidaré cómo lucía? ¿Cómo se veía como cuando el sol se reflejaba en su pelo? ¿La forma en que la almohada siempre olía como ella? ¿Mi recuerdo de ella se quedara vacío?
 
Dejé el resto del block de notas en mi pecho cuando terminé de leer, mi cabeza llena con un montón de pensamientos. Casi me sentía peor y cada vez peor acerca de haber sentido lástima de mí mismo en estos últimos meses. En definitiva, por los siglos de sentir lástima por mí mismo.
 
Parecía tan simple, bálsamo y brillo labial. Yo sin duda disfruté el millón de sabores que tenían los labios de Lali. Pero fue mucho más para ella. Esos sabores y olores eran de alguien por quien se preocupaba, que había significado más para ella que para nadie más.

Tuve este avión cuando era pequeño. Supongo que no debería decir tuve. Todavía está sobre mi estantería. Es probable que lo hayas visto antes y ni siquiera te dieras cuenta. Mi abuelo me la regaló cuando tenía cinco años, el papá de mi mamá. Ni siquiera lo recuerdo realmente, murió cuando tenía siete, creo. Pero era un viejo, marchito, que ni siquiera podía ponerse de pie, y siempre parecía que estaba frunciendo el ceño. Pero recuerdo que me contaba historias de cuando estaba en la Fuerza Aérea. Realmente ni siquiera recuerdo ninguna historia específica, pero lo recuerdo hablando de ellas. Y entonces me dio ese avión de metal viejo en mi quinto cumpleaños.
 
Estaba bastante maltratado. Pero me encantó esa cosa vieja de mierda. Cuando tenía ocho años, una de las alas se desprendió y grité hasta que papá finalmente encontró a alguien que pudiera soldarlo de nuevo.
 
Supongo que es donde decidí que quería conseguir mi licencia de piloto. Quería poner a prueba los cielos, para ver cómo se veía el mundo desde arriba. Tomé el estúpido avión de metal en el aire conmigo el primer día que volé solo. Estaba tan asustado que pensé que me iba a cagar en los pantalones. Pero por alguna razón me sentí un poco mejor de tener ese avioncito allí conmigo. Tal vez mi abuelo estaba volando conmigo ese día.
 
Algunos días extraño volar tanto que hace doler mi pecho entero, se siente como si no pudiera respirar a veces. Trato de no pensar en el hecho de que nunca voy a tener miles de metros de aire entre mí y la tierra de nuevo. Pero esos son los momentos que tengo que recordarme a mí mismo que por lo menos conseguí la oportunidad de hacerlo en algún momento de mi vida. Un par de docenas de vuelos en solitario es mejor que nunca haber hecho nada.

5 comentarios :