sábado, 18 de enero de 2014

Capitulo 22

Tómame o Déjame

Llevó las manos a su espalda y… se sacó una pistola del pantalón.

Retrocedí tres pasos.

—¿Qué haces con eso?

—Es mía.

Parpadeé varias veces antes de hablar de nuevo.

—¿Para qué la quieres? —Retrocedí dos pasos más, pero él se adelantó hasta igualarme y quedar frente a mi rostro.

—¿Para qué apuntó tu padre una escopeta en mi cabeza? —preguntó tranquilamente.

—Para… ¿asesinarte? —estaba tartamudeando.

Este Peter realmente me asustaba mucho.

—¿Entonces para qué crees que la llevo?

Retrocedí un paso más. Él avanzó también lo mismo.

—¿Vas a dispararle a alguien con esa cosa? —tenía miedo de preguntar.

—Sí, Lali. Quiero dispararle a alguien con esta “cosa”.

Volví a retroceder hasta que choqué contra la pared. Ya no tenía escapatoria.

—¿A quién? ¿Por qué quieres hacerlo?

—¿Sonaría malo si te dijera que quiero matar a mi hermano?

—Una muerte nunca es justificable. Sin importar el mal que te haya hecho esa persona.

—¿No importa si dicha persona salió libre de una institución mental?

—¿Tu hermano salió?

Él asintió con la cabeza.

—Y ahora me está buscando… y no dejaré que termine lo que comenzó años atrás…

Mierda.

Esto no iba a ser nada bueno.

Nada.

Peter seguía admirando la pistola en su mano. Yo no sabía nada acerca de esas cosas así que no tenía ni idea de qué marca o cuán vieja era. De lo que sí estaba segura era de que no quería verlo con una.

¿Matar a su hermano? ¿En serio? ¿Y salió libre de una institución mental? No tenía idea de que pudiera hacer eso. ¿De verdad se podía, aun si el paciente no estaba del todo curado? Tenía miedo que las cosas se le fueran a salir de las manos.

—Peter... la venganza no es la solución. Matar a alguien es… —ni siquiera podía pensarlo. Cierto, había gente que se merecía la muerte, pero por más que odiara a una persona no sería capaz de arrebatarle la vida. Peor si era a un hermano—. Tienes que recordar que tu hermano está mal mentalmente. No sé mucho de la esquizofrenia pero…

—Basta Lali. No sigas hablando.

—¿Que no siga hablando? ¡Pero si piensas matar a tu hermano! Tengo que hacerte ver lo equivocado de esa idea... —él puso dos de sus dedos sobre mi boca. Su frente se pegaba contra la mía.

—Ya sé lo arriesgado que es eso.

Tragué fuerte.

—¿Entonces qué haces siquiera pensándolo? Sabes que si pudiera, cambiaría las cosas.

Peter acarició mi mejilla y bajó su mano hasta mi mandíbula.

—¿De verdad las cambiarías?

Asentí con la cabeza, sin romper contacto con sus ojos verdes.

Un morete se le estaba formando cerca de la boca y de su pómulo. Quería darle besitos para confortarlo.

—¿Confías en mí? —me preguntó repentinamente después de un minuto de silencio.

Volví a asentir.

—Confió en ti —le dije, pero no confiaba en sus malas decisiones.

Justo iba a decirle eso cuando él puso el arma en medio de los dos. Mi pulso salió disparado.

—¿Qué estás haciendo?

—Shhh —susurró contra mi boca—. Confía en mí.

¿Qué? Subió el arma hasta que quedó frente a mi rostro, apuntando hacia el techo.

Dejé de respirar.

—¿Qué vas a hacer? Baja el arma, por favor. Con eso no se juega.

Peter puso su dedo sobre el gatillo.

Si él disparaba, de alguna forma nos iba a lastimar a ambos. Traté de alejarme, pero Peter me sujetó de la cintura, reteniéndome para que no me moviera.

—Solo te pido que confíes en mí —dijo.

¿Confiar en qué? ¿En que quería probar el arma primero en mí?

Empecé a dudar en la cordura de Peter. Oh por... ¡¿Y si él fuera el esquizofrénico y no su hermano?! ¿Y si en verdad estaba con el hermano equivocado en vez del original Peter Lanzani? ¿Y si...? No tuve tiempo de seguir con el hilo de pensamientos porque Peter jaló el gatillo.

Cerré los ojos y solo pude esperar a que ninguno de los dos saliera lastimado. Pero después de varios segundos de esperar, no había escuchado aún el sonido del disparo.

Abrí los ojos lentamente. Sentí que algo se estaba enredando en mi cabello y me hacía cosquillas en la frente. Eran… eran…

Lo golpeé en el hombro y me aparté de él.

—¡¿Estás loco?! —Lo juro. Este hombre me quería enloquecer.

¿Un arma de burbujas? ¡¡¡Aaaaagggg!!! ¿En serio? La pistola soltaba burbujas que golpeaban levemente mi rostro y explotaban al hacer contacto con mi pelo.

—¡PETER LANZANI! —chillé—. ¿Sabes que casi se me sale el corazón al pensar que era un arma real?

Lo escuché reír pero yo estaba demasiado furiosa como para acompañarlo a reír también.

—Lo siento, nena —dijo él intentando alcanzarme por la cintura. Me alejé antes de que pudiera atraparme—. Lali… lo siento. Lo sé, fue una mala broma pero es que… Quería enseñarle a Jenny que no fuera una metida.

Fruncí el ceño.

—¿A Jenny? ¿Qué tiene ella que ver con esto?

Peter me señaló la puerta, estaba medio abierta.

—Jenny nos estuvo escuchando en un principio. No sé cómo supo que tenía un arma guardada en la espalda pero…

—Eres un estúpido.

—Yo solo quería enseñarle una lección.

Resoplé.

—Ah, ¿sí? ¿Cuál es esa lección?

—A no ponerme en contra de mi chica. Quería comprobar que la próxima vez que Jenny te estuviera diciendo idioteces, tú no le creerías con tanta facilidad. Vi cómo empezabas a caer de nuevo en sus mentiras, solo quería asegurarme de que confiabas en mí.

—Pues habían… —lo golpeé en el hombro—… otros… —le di un golpe en el pecho—… métodos. ¡Me asustaste mucho! Pensé que de verdad matarías a tu hermano.

—A pesar de que él cometió varios crímenes nunca me hubiera atrevido a matarlo —me dijo. Sus palabras sonaban sinceras—. Y no, él no está libre. Sigue encerrado y yo sigo negándome a verlo; no quiero que lastime a mi sobrina de nuevo.

Me crucé de brazos y expulsé todo el aire que contuve desde que sacó a Cliff de la oficina para hablar.

—Ahora, esos son problemas en los que sí te puedo ayudar.

Él alzó una ceja.

—Si quieres… te acompaño a verlo —ofrecí.

Peter empezó a caminar alrededor de la pequeña oficina hasta que se detuvo frente al escritorio de Cliff y apoyó su cadera en una esquina.

—No quiero verlo. Hago suficiente pagándole una gran cantidad de dinero a la clínica. Dinero que, por cierto, no gano haciendo nada ilícito. Lo único ilícito que he hecho en mi vida es follar en un escritorio de madera.

Me estremecí al oírlo.

—¿Por qué me cuentas eso?

—Porque escuché lo que te decía Jenny. ¿Quieres saber de dónde saco el dinero?

Me sentía tonta por quererlo saber. Me mordí el labio y evité verlo a los ojos.

—Gaston dijo que trabajabas; yo en verdad no quiero entrometerme más.

—Lali, mis padres tenían bastante dinero. Al morir, ese dinero pasó a mi hermano mayor, pero como él no estaba en condiciones para recibirlo, fue a parar a mis manos. Sé que tal vez piensas que soy algún narcotraficante, o terrorista, o vándalo. Pero no. Soy solo yo; no tengo ni un pelo de misterioso en mi vida. Tal vez sea un idiota, sí, lo reconozco; tal vez sea un arrogante hijo de puta que salió con la chica equivocada durante cinco meses, pero cada fibra de este inútil chico grita por no alejarse de ti. Me gustas. Mucho. Quiero que confíes en mí. Quiero que confíes en ti, en los dos. ¿No quieres que haya secretos entre nosotros? Bien, te contaré hasta las veces que codicié la bicicleta que tenía el vecino cuando éramos niños. Este soy yo. Tómame o déjame.

Mis ojos se estaban nublando levemente. Le sonreí sin mostrar dientes.

—Ya tengo el título perfecto para tu libro —dije después de un rato. Él me sonrió de regreso.

—¿Ah sí? ¿Cuál es?

—El Idiota encantador ataca de nuevo.

Se acercó hasta mí para sostenerme de la cintura. Esta vez se lo permití.

—¿Solo encantador? Cariño, tengo el paquete completo: cara, cuerpo y personalidad. Eso no se resume en un título.

Bufé y pegué mi rostro a su pecho.

Olía delicioso. Como a esas lociones de marca desconocida que sólo se vendían en Siberia o en París. 

Él me sostuvo así por un momento hasta que subió mi rostro para besarme en los labios. 

Cierto, ningún título podría resumir todo lo que era él. 

—Oye, ¿si Jenny estuvo espiando hace rato, no crees que vaya a…? —No terminé lo que iba a decir ya que la puerta de la oficina de Cliff se abrió con un golpe. 

Mi papá, el tío Victor, la tía Charlotte, Jenny y varios de los empleados estaban al otro lado de esa puerta, viéndonos con horror. Mi padre se aventuró a entrar y apuntó con la escopeta a Peter. 

No de nuevo. 

—¡Papá, ¿qué haces?! —Me solté de Peter y me puse frente a él. 

—Lali, muévete. Este tipo tiene que ir a la cárcel. Tu prima lo vio con un arma en la cintura y lo escuchó hablando de matar a alguien. Ahora, yo sé que a las chicas de hoy les resulta erótico asociarse con un mafioso, y culpo a todas esas series de vampiros que miras, pero no voy a permitir que mi hija se enamore de uno. 

—¡Papá! La pistola de Peter es de… 

—¡Ahí está! Yo se la vi mientras estaba peleando con Franco. Creo que hasta lo pudo haber matado —gritó Jenny apuntando hacia Peter con un dedo. 

Eso me enfureció. 

—Peter, pásame la pistola —le dije entre dientes. 

Le estaba dando la espalda pero él me pasó el arma de juguete sin rechistar. La elevé y la apunté directo en la cabeza de Jenny. 

—¡Santo cielo, Lali! —mi papá chilló y me miró en estado de shock. A Jenny se le había abierto la boca y se quedó inmóvil por un rato. 

—Estoy apuntando justo a tu cabeza —le dije a mi prima aun con el arma en la mano—, si no quieres que jale el gatillo vas a tener que cerrar esa boca que tienes. 

Wow. Un arma sí que me daba cierta sensación de control. Esto era emocionante. Aún cuando era una de burbujas. 

—¿Qué mierda? Lali, aleja esa cosa de mi cara —rugió Jenny. Se puso pálida como un papel. 

—No. Me has provocado demasiado y es hora de que pagues. 

Escuché la risita de Peter que provenía detrás de mí. 

—Para empezar, papá, baja esa escopeta. Ya hablé con Franco y me dijo que te acabaste las balas. —Papá tragó haciendo temblar su manzana de Adán. Bajó la escopeta al suelo y se quitó los lentes para limpiarles el sudor. 

—Debí suponer que ibas a hacer algo así —dijo él—. Desde el momento en que tu madre te convenció para que vieras esas películas de vampiros que se enamoran, supe que desviarías tus buenos pasos. Los vampiros enamorándose, es algo antinatural, hija. —Papá se volvió a colocar sus gafas de marco grueso. 

Rodé los ojos.
 
—No estoy influenciada por películas de vampiros —respondí solemnemente.

—¿Qué familiar, en su sano juicio, se lanzaría a comerte después de ver que te hiciste una herida con papel de regalo? —reclamó, citando una de las partes de la película. 

—Se nota que no las has visto, papá —dije sarcásticamente. 

—Susan me hizo alquilarla. Ese fue dinero desperdiciado. 

Suspiré, cansada de las divagaciones de mi padre, y regresé a mi labor de torturar por un rato a Jenny: 

—Bien. Ahora habla. Di, aquí frente a tus padres, con quién te has estado acostando estas últimas semanas. 

Jenny lució confundida por un momento. 

—¿Qué…? 

—No me mientas. Tus minutos están contados. Vamos, diles la verdad, cuéntales lo promiscua que eres. 

Ella miró primero a mi papá y luego más atrás a sus padres. En el fondo se encontraban Rita, Dulce, Mirna y Gaston. 

Mirna no dejaba de ver entre Peter o Gaston, creo que se sentía indecisa sobre cuál de los dos elegir. 

—Lali… —Jenny torció la mandíbula—. No sé qué es lo que tratas de hacer pero te juro que… 

—¿Qué, no es obvio? Me cansé de cubrirte y de que me eches todo el tiempo a mí la culpa. Empieza a confesar ahora antes de que se me vaya la paciencia. 

Peter seguía con las risitas. 

—Deberías contar hasta tres —sugirió. 

—Buena idea. Uno… 

—¡Está bien! Mamá, papá: me he acostado con Ian desde que lo conocí. Listo. ¿Eso querías que dijera? —Me miró como si ella hubiera ganado la guerra. 

—Dos… —alcé una ceja. 

Qué bien se sentía hacerla pasar por un mal rato. Creo que ya entendía a Peter y el por qué no aclaraba nada de mi supuesto embarazo: era gracioso ver a otros sudar. 

—Y… —puse el arma en su cabeza, rogando para que no fuera a notar que era de plástico. Aunque dudaba que supiera distinguir una de la otra. 

—¡Está bien, está bien! —chilló ella, levantó las manos al aire. La derecha le temblaba más que la izquierda—, también me he acostado con otros chicos. Pero deberían entenderme. Yo necesito más… mucho más de lo que un solo chico me ofrece; yo ya me acostumbré a la idea y será mejor que ustedes también se acostumbren. 

Escuché a la tía Charlotte jadear. 

—¿Contenta? —dijo Jenny dándome una mirada asesina. 

Sonreí abiertamente. 

—Sí —jalé el gatillo de la pistola e inmediatamente una lluvia de burbujas salió disparada hacia el rostro con pelos de zanahoria de mi prima. Peter comenzó a reír más fuerte. Jenny chilló escandalosamente. 

—Eres una manipuladora —me dijo.
 
Le saqué la lengua y le regresé la pistola de juguete a Peter.

Todos parecieron disfrutar de la broma y comenzaron a reír. Papá relajó su postura y me dio una mirada que me prometía muchos regaños para un futuro inmediato. 

Gaston entró en la pequeña oficina, se quedó ido viendo por un momento el enorme cuadro de Frida Kahlo colgado en la pared, y luego caminó hacia nosotros. 

—La ceja de esa mujer me está mirando —dijo él. No podía apartar la mirada del retrato—. Siento escalofríos. 

—Oye, amigo —dijo Peter—, aquí la tienes. 

Gaston se deshipnotizó del cuadro y miró a Peter. Él le entregó la inofensiva arma y se dieron palmadas en la espalda. 

—Me alegra que se hayan divertido —dijo lanzando burbujas al aire. 

—Oh, sí. Fue una experiencia educativa —respondió él. 

Por el rabillo del ojo pude ver a Jenny acercándose hacia mí. Su rostro estaba rojo de la cólera. 

—Se me olvidó decir otra cosa más —dijo, su voz sonaba terriblemente dulce y encantadora. Eso no era nada bueno. Peter y Gaston detuvieron su plática y se quedaron observándola atentamente—. Peter fue uno de los chicos con los que más follé. Lo hicimos en la alfombra del departamento, en el baño, en mi cuarto, en la sala, en la mesa del comedor y… hasta en tu habitación Lali. Cerca de esos libros para mayores de edad que guardas en un gabinete —sonrió con malicia—. Lo hicimos en los baños de este restaurante, en esta oficina —Cliff, quien recientemente se había añadido en la reunión, jadeó y soltó un chillido horrorizado—. Lo hicimos en todas las posiciones y en todos los lugares posibles… no te sientas tan especial, querida. A ese chico yo lo entrené primero. Y tú, ¿qué le has dado a estas alturas? ¿Lo haces reír? Bien, pues continúa siendo su payaso mientras yo me convierto en su mujer. 

Sencillamente no lo soporté. 

No pude. 

Me quebré como una ramita de hojas secas. 

Ni siquiera pude arremeter contra Jenny; mi cuerpo se sentía hecho de plomo. Solo quería alejarme de ella… de todos. 

Y eso hice.

Salí disparada en la dirección a la que mis pies dictaban. No podía apartar las cientos de imágenes que se precipitaban por mi cerebro. 

Ella tenía razón. 

Jenny estaba en lo cierto. 

Mis pies dormidos me llevaron hacia los baños. Una vez dentro me metí en el cubículo más cercano y me deslicé en el suelo. No podía dejar de preguntarme en qué lugar del baño ellos habían… follado. 

Tal vez en el baño de hombres, tal vez justo en donde estaba sentada, llorando. 

¡Hasta lo hicieron en mi cuarto!

No podía creerlo. Cierto, eso ya era parte del pasado de Peter y no podía cambiarlo aunque quisiera, pero dolía. 

Sin importar lo que muchas de esas frases genéricas dijeran acerca de olvidar y perdonar, dolía demasiado como para hacerlo en este momento.

Escuché la puerta del baño ser abierta y me apresuré a silenciar mis sollozos y me senté sobre la tapadera del retrete, alzando mis pies para que no fueran a verme. 

—Lali, soy yo —era Rita—. Lali, sé que estás aquí porque te vi meterte en el baño. 

Estiré de nuevo mis pies sobre el suelo y pronto ella los notó. 

La oí acercarse hacia la puerta del cubículo en el que estaba, y sentí que se apoyaba para hablarme. 

—Jenny es una basura que no merece ni el más mínimo reconocimiento — comenzó a decir. Yo no dije nada. No podía; mi garganta estaba siendo atravesada por mi saliva y por mis sollozos—. Lo mejor que pudo haberte pasado es que te echara del departamento; con ella solo te ibas a envenenar rápido. 

Escuché la puerta abrirse de nuevo. Vi unos zapatos de hombre acercarse a las zapatillas azules de Rita. 

—¿Está ahí? —Se me crisparon los vellos de los brazos. Era Peter. Encogí mis pies y abracé mis rodillas. 

—Sí —respondió Rita—. No quiere hablar. 

—Yo me encargo. —Las zapatillas de Rita quedaron fuera de foco mientras la escuchaba salir del baño—. Lali, por favor no te vayas a enojar. Hace un momento te dije que deberías confiar más en mí, y al parecer solo estoy demostrando lo mucho que no deberías hacerlo. Lo siento. 

Sollocé involuntariamente. 

—Lo siento —volvió a repetir Peter—. No quería que escucharas esas cosas viniendo de Jenny. 

No quería escuchar esas cosas y punto. 

—¿Vas a hablarme de nuevo? —preguntó después de varios minutos de silencio. 

—Tal vez —mi voz sonaba rota. Era una tonta. Obviamente Peter tuvo un pasado movido con mi prima pero no quería saber absolutamente nada de lo que ellos una vez hicieron. 

Era mejor vivir en la ignorancia de la mentira que abrir los ojos ante el conocimiento de la verdad. 

—Primer secreto —dijo Peter, su cuerpo se deslizó hasta quedarse sentado frente a la puerta. Lo único que se miraba a través de la ranura era una parte de su camiseta gris—. Cuando tenía diez años me enamoré perdidamente de la aseadora que mamá había contratado para un evento de gala. En ese entonces creía que un lunar peludo cerca de la boca era símbolo de sensualidad y elegancia… —No pude evitarlo y me reí/sollocé al mismo tiempo—. Ella me llevaba como treinta años de diferencia y yo caí rendido por las galletas de coco que siempre me daba por las tardes… 

Me mordí los labios. 

Peter tenía algo que me hacía amarlo con facilidad. Había escuchado antes esa frase: Eres fácil de amar. Pero nunca había entendido su significado. 

Con Peter todo tenía sentido para mí ahora: él era fácil de amar. Imposible de no adorar, e irresistible de no querer.

Aunque él siguiera derramando sus secretos yo ya había tomado mi decisión desde que lo vi aparecer por esa puerta; iba a olvidar cada palabra de Jenny. Estaba con Peter en este momento, y aunque me dolía saber que estuvo con otras antes que yo, ahora estaba conmigo, en tiempo presente. 

¿Qué me había dicho él antes? ¿Tómame o déjame? Pues yo lo tomaba. 

Aun cuando viniera con cada pequeño secreto por defecto de fábrica. 

Yo lo quería. No, yo lo amaba. 

Amaba a Peter Lanzani fuera o no un chico misterioso. Con todas y cada una de las advertencias que tuviera puestas.
 
Él era mío.

Si quieres que te avise cuando suba nuevo capitulo dejame tu Twitter.

34 comentarios :

  1. Bua me encanta masssssssss porfa amodoro tus nove

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  2. Aaa geniall
    Como me rei con lo q le hizo a esa hdp d jeny! Jajajaj
    Maaaass

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  3. Segui! esta Genial y Hace maratón..

    @MoniRangelok

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  4. JJJJJJJJJJJJJJJAJAJAJAAJAJAJ NO SABES COMO ME REI CON JENNY Y LA PISTORA DE BURBUJAS CASI MOJO LA CAMA DE TANTO REIRME,Y por otro lado digo jenny es una perra en decir eso, Es bueno ver como se quieren se que ellos se adoran... Sube mas

    Andrea Antequera

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  5. #muerteajeny la odiooo es una víbora. . Pobre lalii mas nove por fi y si maratoon x fa :) sos una G E N I A

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  6. K putón malo k es Jenny.
    Menos mal k a pesar d todo LAli decide quedarse con Peter.

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  7. Wow!! que bella nove hace poco venia en busca de novelas laliters y la que mas me ha encantado es esta no dejes de subir porfaa y haz maratonnn espero mas no me la pierdo ni loca !!

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  8. Seguila Please !! hace maratonnnnn !

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  9. Cuando subissss???? MASSSSS

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  10. No subes mas? Sube por favor, me da mucha intriga !!!

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  11. Estoy deseando leer el siguiente capitulo subelo!!

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  12. Mas nove xfii volveeeee :(

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  13. Maaass nove por favor

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  14. Vuelve que sin ti la vida se me va.. voolveeeeeeee xfa

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  15. Nos tener se abandonadas! Yo creo que a la vuelta nos merecemos una super maratón!!

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  16. ciertoooooooooo nos lo merecemos che, hace pila que no apareces!!!

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  17. Che que te pasa? Espero que estés bien y que pronto nos subas mas capítulos :)

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  18. Hola ! Soy nueva lectora ... Me leí todas las novelas de tu blog que por cierto Ame !!! Son geniales ... Y esta nueva es tan padre que ya quiero leer otro cap :) saludos

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  19. Me muero me muero jaja subí más noveeee porfíss

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  20. quiero leer otro capitulo che, que pasa que no subis?): espero que estes bien un beso

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  21. hola, termino de leer todas las novelas y gracias por elegir buenas y adaptarlas a laliter, gracias esta novela se llama ''prohibo enamorarse de adam walker'' algo asi no? bueno un abrazo geni

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  22. que pasho quiero másssssss besos Naara

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  23. Increíbleeeee! Me puedes avisar cuando subes al @t_apsmp
    Gracoaaas

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  24. Avisame por twitter!
    Este es mi twitter @Sof_Pi

    #Soo

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