Tómame o Déjame
Finalmente (y después de dos horas) logré convencer a papá de que no estaba, bajo ningún concepto, embarazada. Me costó que me creyera, él era un viejo terco y obstinado que no dejaba de apuntar la escopeta de Franco en el rostro de Peter; también le hizo dos hoyos al techo del restaurante cuando disparó al aire, y me tocaba a mí dar parte de mis liquidaciones para pagar por los daños ocasionados.