jueves, 31 de octubre de 2013

Capitulo 14

3 horas después de haberme convertido en el
centro de atención

La campana final del segundo período por fin sonó. No podía decidir si las horas habían pasado demasiado rápido o muy lentas. Mariana me dio una media sonrisa mientras salió del salón, abrazando sus libros en el pecho.  


Suspiré y sacudí mi cabeza mientras metía mis cosas en la mochila, y me puse la gorra de mi saco sobre mi cabeza otra vez.

Dios, soy patético. ¿Verdad? ¿Locamente enamorado de una chica? Pensé para mis adentros.

De alguna manera logré llegar a mi clase siguiente sin que nadie pudiera verme, o al menos no lo noté. Mi clase de estudio independiente estaba ubicada en el extremo del instituto, en una habitación que sólo servía para enseñar historia del mundo antiguo un período al día.

Quien quiera que fueran mis compañeros de estudios independiente, no estaban allí cuando llegué al salón. Encendí la luz y las bombillas fluorescentes zumbaron por encima de mí. Baje mi gorra, dejé caer mi mochila en uno de los doce escritorios y me senté en él. Buscando en mi mochila, saqué un bloc de notas nuevo, con la cubierta roja.

Recordé entonces que el psicólogo me había aconsejado que escribiera en un diario con frecuencia. Dijo algo sobre cómo no podía expresar lo que debía decir y que muchas veces iban a haber cosas no quería que nadie escuchara.

Parecía que la palabrería de los psicólogos siempre salía a relucir. Pero por alguna razón quería decir algo sobre este día extrañamente loco y del beneficio inesperado que vino de mi nuevo horario de clases.

La puerta sonó al abrirse haciendo que mis ojos saltaran de la libreta a ella.

La última persona que esperaba o quería que estuviera en esa puerta era Mariana Esposito.

—Hola Peter —dijo con una pequeña sonrisa, saludándome brevemente con la mano, a pesar de que estábamos a menos de tres metros de distancia.

Por puro instinto, traté de decir hola de nuevo, pero en cambio no salió ningún sonido, lo que me hizo sentir como un tonto. Sólo pude dar un pequeño saludo torpe con la mano.

Al menos ella fue muy amable al no sonreír o se reírse de mi intento de hablar. Cerró la puerta detrás de ella y caminó hasta la mesa a mi lado. Lanzó su mochila al piso cuando se sentó en el asiento.

—Bueno, se siente muy raro, estar sentados solos los dos. —Se rió—. Giremos las sillas para queda de frente.

Me sentí incómodo y extraño cuando los dos nos paramos, tomando nuestros escritorios y moviéndolos hasta que estuvieron de frente y se tocaran. Cuando nos volvimos a sentar nuestras rodillas accidentalmente se golpearon. Esperaba que estuviera ruborizado o algo embarazoso como eso.

—Así que —dijo con una sonrisa brillante, mirándome mientras sacaba sus libros de su mochila. La docena de anillos que llevaba en sus dedos brillaron ante la luz. Sacó uno que parecía pesar cinco kilos. Fácilmente—. ¿Estás contento de haber regresado a la escuela?

Encogí los hombros, sentí que mi estómago estaba lleno de ácido o algo. Sentía como si todo dentro de mí estuviera retorciéndose.

¿Por qué tenía que ser mi tutor Lali? Me alegraba de tener más clases con ella, pero no quería que estuviera conmigo y ver constantemente los efectos de esa estúpida noche de borrachera.

—Estoy muy contenta de que estás bien —dijo, sus ojos estuvieron repentinamente más serios. Pensé que veía algo detrás de ellos, pero no sabía lo que era, o si siquiera lo vi—. Toda la escuela estuvo totalmente devastada cuando supimos lo que sucedió.

Y solo con eso, me puso en mi lugar distante.

Supongo que eso me enseñará una lección para beber, escribí eso con mis manos más inestables de lo que me hubiera gustado.

—Es una lección muy dura —dijo, con sus ojos sobre los míos. Me recordó al chocolate derretido—. Pero supongo que una lección a fin de cuentas.

Sólo me encogí de hombros, bajando mis ojos de su rostro. En ese momento no estaba seguro si iba a lograr sobrevivir el tercer período sin morir o encogerme de la humillación.

—Muy bien —dijo Lali, tomando una respiración profunda y sentándose más derecha—. Así que he estado practicando lenguaje de señas por más de un año. Obviamente con lo pequeña que es nuestra escuela, no tenemos ningún maestro que realmente enseñe o tenga suficiente interés para conseguir a alguien.

¿Por qué se decidiste aprender lenguaje de señas por tu propia cuenta de todos modos? Escribí, dando vuelta a la libreta para que ella pudiera leer.

—Uh —tropezó sobre sus palabras y sus ojos repentinamente cayeron de los míos—. Un familiar repentinamente perdió el oído. Yo pensé que sería algo bueno para hacer.
No creía lo que acabada de decir. Prácticamente todos en la isla sabían que Mariana no tenía ningún familiar además de su madre soltera, quien viajaba de negocios con frecuencia, dejándola a ella en casa sola la mayoría del tiempo.

—¿Cuánto sabes de lenguaje de señas? —preguntó, experta en cambiar de tema—. Sé que probablemente no has tenido mucho tiempo para aprender, con todo lo que probablemente ha pasado desde el... —arrastró las palabras, al igual que mucha gente hacia cuando se refería a lo que había sucedido.

¿Accidente? Escribí para ella.

—Sí, eso —dijo, metiendo incómodamente un largo mechón de cabello detrás de su oreja—. ¿Está bien si lo llamo así? Yo... no quiero ofenderte o algo.

No sé cómo más llamarlo, escribí. Sabía que estaba siendo un poco idiota, pero no estaba seguro de cómo detenerme. ¿Mi estúpida noche de autodestrucción?

—Accidente es entonces —dijo Lali, sus ojos cayeron al libro delante de ella. Por el tono de su voz podría decir que la había ofendido.

Debería haber pedido disculpas, pero ya me sentía bastante estúpido

En su lugar empecé a firmar mi nombre, seguido de una frase que sabía. Estoy mudo. Eso es todo.

—Está bien —dijo, su tono natural y neutral otra vez—. Eso es un comienzo. ¿Sabes todo el alfabeto?

Sacudí mi cabeza y me estiré para alcanzar mi pluma. No realmente. Sólo las letras de mi nombre.

—Empezaremos allí entonces —dijo, dándome una sonrisa.

Y ésta era la razón por la cual había estado enamorado de Mariana Esposito desde el primer día que la vi. Porque a pesar de que estaba siendo un idiota, ella todavía estaba siendo amable conmigo. Lali era una de las mejores personas que había conocido.

21 comentarios :

  1. me encanta la novela
    pero especialmente este cap me hizo llorar
    siento mucha lastima con peter
    debe ser horrible
    beso

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  2. Que lindo quiero más laliter
    Subí más

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  3. Pobrecito ,Lali lo va a ayudar muchísimo.

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