sábado, 26 de octubre de 2013

Capitulo 8

Hace dos años y medio
1 mes hasta el comienzo del tercer año de secundaria

—¿Nos tomaría una foto? —preguntó Gaston, con voz esperanzada, mientras le tendía la cámara a un desprevenido turista.

—Seguro —dijo el hombre, claramente un poco molesto pero intentando forzar una sonrisa. Aceptó la cámara.

Gaston arrojó un brazo alrededor de Nico y señaló a Indian Island con la otra. Me dio una mirada de muerte, como de “sólo acéptalo”.  Intenté realmente duro no rodar mis ojos. “Acepta eso”, señalé el agua poniendo una gran sonrisa falsa en mi rostro.

—Uno… dos… tres.

—Gracias —dijo Gaston en una voz tan femenina que hizo que Nico corriera tan lejos como pudo.

El tipo simplemente alzó las cejas hacia nosotros tres y continuó hacia la ciudad.

Gaston inmediatamente rompió a reír y seguimos caminando por la estrecha acera.

—Esto es inútil —dije, sacudiendo mi cabeza y quitándome las gafas de sol.

—Seamos alemanes ahora —dijo Gaston—. Vengo de un país lejano, y ustedes me muestran algo de buen tiempo americano, ¿sí?

—De verdad, no vas a encontrar chicas turistas con las que liarte — dijo Nico, metiendo las manos en los bolsillos de sus pantalones cortos—. En el verano, solo hay señoras mayores con dinero.

—No, ¡no es así! —protestó Gaston mientras se desplazaba por las imágenes en su cámara—. ¡Estuvo Gloria de Maine el año pasado!

—¡No hay ninguna Gloria! —dijimos Nico y yo al mismo tiempo.

—No es real —dijo Nico, sacudiendo su cabeza y riendo—. La inventaste completamente.

—¿Dónde está la prueba? —dije, mis ojos escaneando las abarrotadas calles y veredas. Era asombroso cuanta gente acudía a nuestra pequeña isla en verano.

—Gloria era real —dijo Gaston, su mandíbula apretándose, tal y como siempre hacia cuando sea que “Gloria” era traída a colación—. Y esa noche fue mágica.

—Lo de mágica es cierto —dijo Nico mientras cruzábamos la calle—. Al igual que no real.

—¡Oh, oh! ¡A las doce en punto! —dijo Gaston, asintiendo hacia la pareja de viejos que se dirigía hacia ellos por la acera.

—Vamos, hombre —me lamenté—. Esto es malo.

 —No, es divertido —dijo Gaston, teniendo su cámara lista—. ¡Discúlpenme! —Era demasiado tarde. Gaston era un viajero alemán desde una tierra muy lejana—. ¿Nos tomaría una foto?

—Ah —dijo el hombro, su rostro iluminándose—. ¿Welcher Teil von Deutschland sind sie? (¿De qué parte de Alemania es usted?)

El rostro de Gaston palideció, obviamente en pánico. —Uh, no importa.

Echó a correr.

La pareja lo miró mientras corría, luego se fijaron en mí y en Nico con expresiones confusas.

—Disculpen a nuestro amigo —dije con un suspiro.

—Tuvo un accidente automovilístico hace poco —dijo Nico, su voz totalmente seria—. Ha estado un poco… fuera de sí, desde entonces.

Sin esperar que nos cuestionen aún más, Nico y yo fuimos tras Gaston, ambos intentando contener la risa.

—Ah, mierda —dijo Nico mientras comprobaba la hora en su teléfono—. Se suponía que recogeríamos a Nina en la casa de Diana en dos minutos. ¿Dónde está Gaston?

A estas alturas ya habíamos llegado al parque en medio de la ciudad. Considerando que era sábado, eso significaba que estaba lleno de puestos y mercados artesanales. Felices jardineros, alfareros, sopladores de vidrio y otros empresarios esparcidos por el césped. El lugar estaba lleno de turistas.

Nico y yo comenzamos a deambular por los pasillos, buscando a Gaston.

—Parece como si estuvieran buscando a alguien —dijo una voz familiar a través de la multitud.

Levanté la mirada hacia Mariana, una cesta colgaba de uno de sus brazos y sostenía un gran sombrero de paja sobre su cabeza con el otro. Vestía un casual vestido blanco de verano y unas sandalias rosa brillante. Lucía asombrosa.

—¿Has visto a Gaston? —preguntó Nico, hablando cuando parecía haber perdido mi capacidad para hacerlo.

—Sí —dijo ella, con una brillante sonrisa iluminando su rostro—. Lo vi cerca de la tienda de alimentos hablando con alguna chica.

Nico y yo intercambiamos miradas.

—¿Nos llevas ahí? —dije, sintiendo que podría desmayarme por lo nervioso que me puse al hacer una jodida y simple pregunta. Me estaba convirtiendo en un hazmerreir alrededor de Lali.

—Claro —sonrió nuevamente—. Vamos.

Efectivamente, encontramos a Gaston hablando con una chica de aspecto cutre quién tendría, al menos, veinte años. Tenía que darle crédito, la hizo reír, aunque era demasiado vieja para él.

—Vamos —dijo Nico, llevándolo a la fuerza—. Nina nos está esperando, y no quieres molestar a mi hermana guerrera-amazona.

—¿De verdad? —protestó Gaston mientras Nico lo tiraba de la camisa—. ¡Te dije que encontraría una chica con la que liarme!

—No creo que vayas a conectar con ella —dijo Lali mientras miraba en dirección de la chica. Todos nos fijamos en ella y vimos a un chico musculoso arrojándole los brazos alrededor. Éste se encontró con la mirada de Gaston y su mandíbula se tensionó mientras sus fosas nasales se dilataron.

—Corran —dijo Nico. Sin otra palabra, él y Gaston corrieron en dirección a la camioneta de éste último. Simplemente sacudí mi cabeza y los vi alejarse.

—¿No es ese tu aventón corriendo por su vida? —preguntó Lali mientras se detenía en una de las tiendas de productos agrícolas.

—Los encontrare en Teazers —dije, cogiendo una de las manzanas que Lali estaba estudiando. Saqué mi billetera y pagué por las dos. Le di una a Lali y mordí la mía.

—Gracias —dijo, mostrando otra cálida sonrisa que hizo que mis rodillas quisieran flaquear—. ¿Has probado la horchata del puesto de comida mexicana?

Sacudí la cabeza mientras tragué un trozo de manzana.

—Es deliciosa —dijo, mientras nos dirigíamos en esa dirección—. Esto va a ser tu ruina, sin embargo. El resto de la horchata sabrá horrible después de que pruebes esto.

Me reí mientras la seguía. —Mi ruina.

4 comentarios :

  1. hay me gusta me gusta eso
    por fin peter no se tildo ni siguio a los amigos
    quiero mas
    decime que vas a subir otro hoy????
    beso

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  2. me encanta la nove subi más porfa <3

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  3. Jajajaja k loco Gastón ,y Nico y Peter k le siguen en sus correrías.

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