martes, 22 de octubre de 2013

Capitulo 1

10 meses para la fuerza aérea
3 semanas desde que comenzó la escuela

Había tres cosas que sabía a ciencia cierta sobre Orcas Island:
 
Uno: La gente de aquí era generalmente rara. La mitad de sus habitantes eran hippies comunes y corrientes. La otra mitad era una mezcla de liberales extremos, ermitaños y multimillonarios. Luego había una pizca de nosotros, la gente “normal”.

Dos: Yo provenía de la familia más grande de la isla. Siete hijos hacían que nuestra familia destacara y todos en la isla sabían quiénes eran los Lanzani.
 
Tres: Conocía a todo el mundo aquí bastante bien.
 
Mientras caminaba por los pasillos del Orcas High School, podría decir el nombre de cada uno de los que pasaban a mi lado. Podría decirte que Christie Rose había perdido su primer diente al morder una cuchara de macarrones y queso en primer grado. Podría decirte que Henry Asher se orinó en los pantalones el primer día de jardín de infantes. Sabía que Miss Pence, que enseñaba Historia del mundo antiguo, asistía a la fiesta de baile hippy regularmente. Preferiría no decir como sabía todo eso. Y luego el director Dalmau era un fanático de La Guerra de las Galaxias y tenía la mitad de su garaje lleno de figuras de acción, carteles, trajes y sables de luz demasiado reales.
 
En una isla de este tamaño, con la cantidad de 5.000 habitantes, no hay ningún secreto.
 
—¡Lanzani! —Mi mejor amigo desde el primer día de jardín de infantes, Gaston Dalmau, me llamó a mis espaldas. Un segundo después su mano golpeó mi hombro—. ¿Tu familia hará la cena del equipo esta noche?

—Mi mamá ha estado cocinado sin parar desde ayer en la noche —le dije mientras me detenía delante de mi casillero y lo abría—. Ya sabes cómo se pone con estas cosas.
 
—Oye, no me quejo. Tu mamá es la única persona que realmente hace comida suficiente. No estoy completamente lleno hasta que siento que voy a vomitar. —Gaston se rió mientas buscaba algo en su casillero, que estaba junto al mío desde que éramos estudiantes de primer año.
 
—Sólo intenta llegar al patio trasero, ¿está bien? —suspiré. La alfombra había olido mal durante semanas después de la cena de equipo del año pasado.
 
—¿Estamos hablando de la épica cena vomitada de Gaston? — preguntó Nico Riera, abrió su casillero a unos cuantos de los nuestros mientras la campana de advertencia sonaba.
 
—Desafortunadamente —dije mientras sacaba mi libro de historia y lo metía en mi deshilachada mochila. Debí haber dejado que mamá me comprara una nueva al principio del año cuando se ofreció.
 
—¿Vamos a comer en el patio trasero otra vez? —preguntó Nico, mirando descaradamente a mi hermana de 16 años, Eugenia, mientras pasaba caminando.
 
—Amigo —dije, sacudiendo mi cabeza—. No hagas eso delante de mí. Es asqueroso.
 
—¿Qué? —dijo, todavía mirándola alejarse—. Es sexy.
 
—En serio, sólo deja de hacerlo —dije al mismo tiempo que cerraba mi casillero y me dirigía hacia la clase. Nico le silbó a Euge, en un intento de molestarme. No iba a conseguir esa satisfacción.
 
La clase de historia no estaba exactamente completa. Con sólo treinta y siete estudiantes en la clase mayor, un buen puñado de ellos a punto de reprobar, a pesar de que habían pasado sólo tres semanas del año escolar, y otro buen puñado de marihuaneros a tiempo completo, no deja muchos calificados para inscribirse en las clases de AP. Las cinco que ofrece nuestra pequeña escuela.
 
—Hey, Lali. —Traté de mantener mi voz tranquila cuando me deslicé en mi escritorio.
 
—Hey, Peter. —Ella sonrió al verme.

—¿Vendrás al juego de mañana por la noche? —Me limpié las palmas contra mis pantalones cortos. ¿Por qué estaba sudando tanto?
 
—Depende de cuánta tarea nos dejé él Sr. Dalmau hoy. —Hizo rodar sus ojos.
 
Es un hecho bien conocido que Mariana tenía la carga más pesada de deberes de todos los estudiantes del Instituto. Ella misma se matriculó en cada clase optativa, a excepción de la historia europea, que había cursado el año pasado, y si recuerdo correctamente, también tenía varias clases de estudio independiente. Estaba en camino de ser la mejor estudiante.
 
—Es el baile de bienvenida. Sería una lástima perdérselo.
 
Mariana me dedicó una sonrisa antes de que sus oscuros ojos regresaran a su libro. Su mente ya estaba en otra parte.
 
He intentado enfocar mi atención a la lección del director Dalmau sobre alguna guerra, o ¿quizás estábamos en economía? Todo lo que podía pensar era en la forma en que Mariana se acomodaba en su silla, cómo su cabello castaño oscuro caía sobre su hombro, la manera en que apoyaba su rostro en su mano.
 
Algún día se lo diré, pensé.
 
Todavía no podía comprender que había pasado esa última semana escolar del año pasado. Mariana había sido casi... ¿coqueta? Mis ojos se reunirían con los de ella inesperadamente; ella se acercaba demasiado a veces. Incluso me invitó a ir a ver una película con ella y sus amigos, que lamentablemente tuve que cancelar en el último minuto por el drama familiar. Gracias Jenny...
 
¿Pero este año escolar? Nada. Era como si Lali no fuera más que una conocida. Era todo trabajo escolar y nada de ojos coquetos.
 
—Tierra a Peter Lanzani —me llamó una voz desde la parte delantera del salón.
 
Mis ojos chocaron con la cara del director Dalmau, desde donde me miraba fijamente con expectación. —¿Qué tal si te preocupas de sintonizar un rato? —preguntó con una de sus oscuras cejas arqueadas.
 
—Lo siento, director Dalmau —dije, abriendo mi libro y tratando de lucir ocupado con un cuaderno y un lápiz. La clase se rio entre dientes. Sentí mi cara enrojecer al mismo tiempo que volteaba a ver a Mariana. Ella tenía una pequeña sonrisa en sus labios, pero mantuvo sus ojos pegados a las páginas de su libro. 

Soñar despierto con Mariana Esposito era casi tan bueno como soñar despierto sobre ver a una modelo de Victoria Secret, o tal vez a la princesa de algún lugar muy lejano de la tierra. No era que yo fuera demasiado feo para estar al lado de Lali. Nadie llamaba la atención de Lali Esposito, al menos ya no.
 
Todo el mundo sabía que lo único que podía ver Lali era trabajo de la escuela y la línea de meta que era la graduación. Era extraño. Una chica tan bonita como Lali generalmente no equivale a un enorme cerebro y el compromiso educativo.
 
Ella era más inteligente que todos nosotros. Y eso sólo me hacía quererla más.

5 comentarios :

  1. Es más tierno Peter, hace un río de baba con tan solo verla !!!

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  2. NO PUEDE MÁS DE ENAMORADO !!!!!!!!

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  3. Yo tambien quiero saber porque Lali le cnqueteaba y ahora ya no y esto me intrigo:"Nadie llamaba la atención de Lali Esposito, al menos ya no." Ya no? Osea que paso algo ?

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  4. Xk ese cambio en LAli?,quizás xk el cancelo esa salida al cine, y ella se sintió despreciada.

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